[vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]Después de disfrutar de las tan ansiadas vacaciones y de cargar las pilas de buenas energías nos toca volver a la normalidad y a la rutina de nuestros quehaceres del día a día. Y entre estos quehaceres está la vuelta al cole de nuestros hijos, volver a establecer los horarios habituales del curso escolar, cuadrar nuestro trabajo con las clases, las extraescolares, el deporte… en definitiva, volver a organizar nuestra agenda, incluyendo en ella y además de manera muy importante, su alimentación, con las 5 comidas diarias de las que ya habréis oído hablar. En el post de hoy, le daremos a las cenas un protagonismo especial.
Y decimos que la tenemos que incluir en nuestra agenda la alimentación de nuestros hijos de manera“muy importante” porque es un asunto al que tendríamos que prestar una especial atención si queremos que los más pequeños lleven a cabo una alimentación saludable, aprendan a comer y vayan adquiriendo así hábitos saludables, preparándoles para un buen futuro, sano, por el que estamos seguros, algún día os estarán agradecidos.
“¿Qué le pongo esta noche para cenar?”, “¿Qué cenamos mañana?”, “Hoy mamá y papá llegarán tarde a casa ¿pedimos una pizza esta noche?”
Una buena opción es la planificación. No tiene por qué llevarnos mucho tiempo y con la práctica seguro que acaba saliendo solo. Lo que os proponemos es que dediquemos unos minutos en la semana para planificar las cenas, hacer un menú, para el que podemos tomar en cuenta los gustos y aversiones familiares a la hora de crearlo. Lista en mano de ingredientes para llevarlo a cabo y a la tienda a por ello. De esta manera, ganas tiempo a lo largo de la semana, haces una compra inteligente y evitas acabar tirando alimentos que hemos abandonado en el frigorífico, siendo de esta manera más económico a la larga y, por último, no dejas volar a la improvisación en la cocina, con hambre y falta de tiempo.
¿Cómo asegurarnos de que lo elegido es lo adecuado para seguir una alimentación saludable? Vamos a daros unas pautas generales y unos ejemplos para ayudaros a que así sea.
A incluir en las cenas:
- Procuraremos que siempre haya algo de verdura: en ensalada, puré o en forma de guarnición, de esta forma nos aseguramos de añadir otra ración de verdura en el día y si logramos introducirla en esta toma de forma habitual ellos lo normalizaran. Empezaremos con las que a ellos más les gusten y, de paso, intentaremos que la presentación de la misma sea apetecible y les entre por los ojos. Pueden ayudaros en su preparación ya que hacerles participar en la cocina y manipulando el alimento desde el principio os puede ayudar a que sea mejor aceptada. Con el tiempo, podremos incluir verduras distintas y sabores nuevos.
- ¿Con que completar la cena? Con una carne magra/pescado o con huevos. Lo que importa es como esté cocinado, con poca grasa (plancha, asado, horno, hervido…). Por último, añadiremos una fruta o un lácteo de postre, junto con una rebanada de pan que acompañe la cena y un vaso de agua.
A evitar/eliminar en las cenas:
- Evitaremos que las cenas contengan platos precocinados, comida rápida, dulces de postre, salsas como mayonesa o kétchup que condimenten el plato o también bebidas azucaradas que sustituyan al agua y de la misma manera empanados o frituras en la forma de cocinar. Para que lo que acabamos de señalar sea de consumo ocasional debe salir de nuestra casa y dejarlo para cumpleaños, celebraciones, salidas en las que se come fuera de casa y no tengamos otra opción.
¿Cómo coordinar menú escolar con la cena en casa?
Muchos son los niños que se quedan en el comedor escolar a comer y nos imaginamos que el menú semanal o mensual os lo harán llegar a casa para que estéis al tanto de lo que comen. Pues bien, esto nos será muy útil para coordinar y distribuir dichos grupos de alimentos, alternándolas entre sí y hacer así un menú equilibrado. Por ejemplo, si hoy en la escuela les han puesto filetes de lomo en la cena de esta noche procuraremos que no haya carne. Si detectamos que en general no les incluyen a menudo pescado aprovecharemos las noches para ello, añadiéndolo a la ensalada, en una sopa o como plato principal.
En cuanto a cantidades, que no sean cenas muy copiosas ni muy grasas ya que así favoreceremos un descanso óptimo durante la noche que hará que al día siguiente se despierten con energía para afrontar las aventuras que les depara el día.
Los niños aprenden muy rápido, se fijan en quien tienen al lado, y su modelo para comer es el familiar. Lo que ven en casa es lo que vale y si los adultos decidís cenar lo mismo que los niños será una forma de que reafirmen lo que están aprendiendo. Y que sepáis que el paladar de un niño se educa, se acostumbra a una forma de cocina, así que si se hace bien desde el principio no habrá que corregirlo en un futuro.
Y para acabar, si ya aprovechamos para que la cena sea el momento del día en el que nos sentamos a la mesa todos juntos, sin televisión, sin distracciones, para disfrutar de la compañía y ponernos al día, será una cena de 10.
Ana Isabel Pérez Cadarso
Nutricionista – Clínica Nutriestética
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Dr. José Antonio Hernández
Clínica Nutriestética
Desde 1988, el doctor José Antonio Hernández viene prestando, a través de su consulta privada de Logroño, diferentes servicios relacionados con Nutrición y Medicina Estética, estando siempre en contacto con el sector, al día en cuanto a nuevos tratamientos y técnicas y colaborando en diferentes medios de comunicación en espacios relacionados con la Salud.
Este es su currículum profesional:
- Licenciado En Medicina y Cirugía por la Universidad de Zaragoza
- Médico Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria
- Magister en Medicina Estética por la SEME
- Master en Medicina Estética por la EEME
- Técnico Especialista en Dietética y Nutrición
- Presidente de la Sociedad Riojana de Medicina Estética
- Acreditación en Medicina Estética y Cosmética por el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de La Rioja
- Miembro de la SEME y de la SEDCA
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