Ya nos lo han advertido, este año, las temidas orugas procesionarias, aquellas que se encuentran en parques y zonas con pinares vienen pisando fuerte. «Peligrosa para niños, mortal para perros», según denuncia el Colegio Oficial de Veterinarios de La Rioja.
Pero, ¿cómo actuar si a tu hijo le pica una oruga procesionaria? Se lo preguntamos a la enfermera marona, Belén Gabarre, quien en su centro Obstetrix de atención al embarazo, parto y lactancia, dentro de las actividades dirigidas a la crianza ofrece un curso de Primeros Auxilios para padres. Gabarre nos explica qué hacer ante el contacto accidental con una procesionaria:
«En los últimos días y ante la presencia, en esta época del año de plagas de orugas procesionarias fundamentalmente en zonas con presencia de pinos, es muy frecuente que los padres nos pregunten sobre cuáles son los riesgos del contacto con estas orugas y sobre todo la actuación a seguir.
La mejor actuación va dirigida a una correcta prevención mediante vigilancia, ante todo evitando que los niños y las mascotas que son los más vulnerables entren en contacto con estas orugas.
[quote color=»#000000″ arrow=»yes» align=»right»]En caso de contacto con una procesionaria, hay que aplicar abundante agua caliente, ya que el calor es capaz de inactivar la toxina».[/quote]
El riesgo se produce tras el contacto directo con los tricomas, que son unos pequeños apéndices presentes en la superficie de la oruga en forma de pelillos rojizos que liberan una toxina que es capaz de producir una reacción irritativa a nivel cutáneo o de mucosas (ojos, nariz o boca). Esta irritación se manifiesta por urticaria y prurito intenso que se acompaña de sensación de ardor y escozor, y puede ir acompañado de inflamación, lesiones sobreelevadas y rojizas, que pueden verse complicadas por las propias lesiones ocasionadas por el rascado.
En ciertas personas y tras un primer contacto (es preciso que el organismo haya desencadenado una respuesta inmune en un primer contacto), puede desencadenarse una reacción alérgica desde moderada a severa.
La actuación ante un contacto irá dirigida en primer lugar a retirar el agente causal, en este caso los pequeños tricomas o pelillos rojos, aplicando abundante agua caliente, ya que el calor es capaz de inactivar la toxina y mediante arrastre eliminar los pelillos que puedan permanecer en contacto con la superficie cutánea evitando la fricción con la piel. Tras la limpieza de la zona de contacto y para tratar y limitar el proceso inflamatorio se puede aplicar frío local.
A menos que la sintomatología sea intensa, no será necesario acudir a las Urgencias, pudiendo esperar a la consulta del pediatra de Atención Primaria. Si es preciso y tras una valoración profesional debe administrarse tratamiento médico dirigido a reducir el proceso inflamatorio y la urticaria.
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