Segunda entrega de nuestros «Experimentos de andar por casa«. Sección conducida por Marta Isabel Gutiérrez, doctora en Químicas por la Universidad de La Rioja.
En el experimento de febrero nos anima a fabricar figuritas de plástico de leche para San Valentín. A decir verdad, no se trata de un plástico tal y como lo conocemos, sino de algo similar a la galalita, que algunos llaman «bioplástico«. Un material muy utilizado durante la primera mitad del siglo XX en el mundo de la moda y la bisutería: broches, peinetas… Incluso Coco Chanel lo utilizó hasta que fue reemplazado por nuevos materiales plásticos inorgánicos.
Por: Marta Isabel Gutiérrez.
El 14 de febrero es un día reservado para celebrar el amor, el cariño y el calor que sentimos cuando estamos con la gente a la que queremos y nos quiere. Ya sea familia, amigos, pareja.. este sentimiento nos hace sentir especiales y siempre es un buen momento para decir ¡Te quiero!
Y aunque no haya nada más sincero que esas palabras, en San Valentín también hay hueco para los regalos. Por eso os traigo un experimento sencillo, rápido y con el que toda la familia lo pasaréis realmente bien: figuritas con leche para regalar a las personas que más te importan.
- Edad recomendada: de 2 a 99 años (recuerda: todos los experimentos se deben hacer siempre en compañía de un adulto).
- Grado de dificultad: fácil-medio.
- Diccionario de palabras científicas: galalita, proteína, caseína y precipitado.
- Qué se necesita:
- Una taza de leche. Si es entera y/o fresca, mejor.
- Un colador. Puede ser de metal, aunque funcionan mejor los de tela porque retendrá mucha más cantidad de caseína y permitirá expulsar mejor el agua.
- Un poco de vinagre o zumo de limón.
- Una cuchara sopera.
- Papel de cocina.
¿Cómo se hace?
Según la edad, para este experimento será importante la ayuda de un adulto. Vamos a manejar leche caliente, y debemos tener cuidado para evitar posibles quemaduras
1º) Calentar la leche (en cazo o microondas) y retirar antes de que empiece a hervir.
2º) A la leche caliente añadir 3 cucharadas de vinagre. Si se usa zumo de limón, 4 cucharadas. Dejar reposar 1 minuto, aproximadamente.
3º) Transcurrido ese tiempo, mezclar bien con ayuda de la cuchara, y dejar reposar, mínimo, otro minuto.
Como se puede ver en las imágenes, la leche ya no tiene el mismo aspecto de antes, y es precisamente eso lo que queremos conseguir. ¿Qué le ha pasado a nuestra leche? (al final del texto tienes la explicación científica).
4º) Una vez haya reposado todo, vamos a proceder a separar todas las partes o sustancias que tenemos dentro de nuestra taza. Para ello, con ayuda del colador, filtraremos la mezcla y veremos qué es lo que ocurre.
5º) ¡Hemos conseguido separar algo sólido! Pues bien, vamos a secar esa especie de pasta con ayuda del papel de cocina (nosotros ya hemos puesto papel en el colador, para que sea más fácil recogerlo, pero no es necesario).
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Cuando se enfríe, ya tenemos nuestro material moldeable para hacer la figura que queramos. No es tóxico, se puede manipular sin problema, y se limpia con facilidad.
Con ayuda de moldes (apretar un poquito) o con tus propias manos puedes darle forma antes de dejar que se seque del todo. Nosotros hemos hecho un dado de 6 caras y un corazón (al menos, esa era la intención).
6º) A continuación, tan solo deberás dejar que se terminen de secar vuestras creaciones. En un par de días debería quedar un plástico rígido y ligero, listo para que puedas pintar y regalar por San Valentín (o San Queremos) a aquella persona a la que quieres decirle ¡Te Quiero!
Si te pierdes, visualiza este vídeo. No sigue exactamente los mismos pasos, pero es muy práctico (arranca en min. 2.30).
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La ciencia que se esconde tras las figuritas con leche
¿Por qué pueden hacerse figuritas con la leche? Si es un material que cuando se seca se parece al plástico ¿cómo es posible?
La clave para entender qué le ha pasado a nuestra leche está en añadirle vinagre o limón. Cuando hacemos eso se produce una reacción química. La leche “se corta”, es decir, se separa en varias fases, que son las que hemos recogido con ayuda del colador.
Por un lado, el líquido que obtenemos es el suero de la leche, el cual se puede utilizar, por ejemplo, para hacer bizcochos.
Por otro lado, el sólido obtenido, o como lo llamamos en Química, «el precipitado«, es la caseína, una proteína presente en la leche y sus derivados.
Es precisamente esta molécula gigante la que podemos moldear y, cuando se seca, adquiere ese aspecto tan parecido al plástico. De hecho, aunque la caseína sea insoluble en agua, en la leche, gracias al resto de componentes, no podemos verla a simple vista porque se agrupan unas moléculas con otras, formando lo que se llaman micelas.
Al añadir vinagre, las propiedades de la leche cambian, y la caseína ya no es soluble por lo que precipita. Sin embargo, siguen formándose grupitos de moléculas de caseína cuando secamos el precipitado, creando una sustancia moldeable y parecida al plástico.
No es exactamente lo mismo pero podríamos decir que son primos hermanos lo que hicieron en Hannover en 1897. Mezclando leche agria con formaldehído obtuvieron este material duro pero fácil de moldear, y lo emplearon para fabricar joyas, botones, peines, bolas de billar… A este material se le llama galalita (Galalith) y todavía hay defensores de utilizarlo como alternativa al plástico que todas y todos conocemos. (más info https://es.wikipedia.org/wiki/Galatita).
