Las Murallas del Revellín forman parte de lo que en su día fue el sistema defensivo de Logroño. De aquel recinto fortificado se conservan dos elementos principales que son visitables de forma gratuita para el público: el Cubo del Revellín, situado en la esquina noroeste, y la Puerta del Revellín, orientada al oeste.
El Cubo, construido entre 1522 y 1524 tras el asedio francés, fue diseñado por el cantero Lope de Insturizaga. Su parte superior servía para situar cañones y tiradores, mientras que en la inferior se guardaba la pólvora. La Puerta del Revellín, finalizada hacia 1524, luce el águila bicéfala de Carlos I y dos escudos de Logroño con las flores de lis concedidas en agradecimiento a la resistencia de la ciudad en 1521.
Cada año, durante las fiestas de San Bernabé, se recuerda aquel episodio con el reparto del pan, el pez y el vino por parte de la Cofradía del Pez, en memoria de los logroñeses que resistieron el asedio francés alimentándose con peces del Ebro.

Hoy, estos vestigios se conservan como símbolo de la historia de Logroño y de la fortaleza de sus habitantes.
El Cubo del Revellín cuenta con una exposición permanente de carácter interactivo y didáctico para explicar la historia del asedio a la ciudad de 1521.
Horarios de Visita
- Martes: 10 a 13 horas.
- De miércoles a sábado: 10 a 14 h y 17 a 20 horas.
- Domingo: 10 a 14 horas.
El horario puede verse modificado en festivos como Navidad, puentes, etcétera. Confirmar en el 941 29 12 60 (oficina de Turismo de Logroño-La Rioja).
La entrada es gratuita.
Cubo del Revellín
El acceso se realiza por el pabellón estrellado del cubo artillero, reconvertido en un lugar de recepción de visitantes y en una sala para exposiciones temporales.
El patio propone un juego a los visitantes con el objetivo de que puedan reconocer la evolución del Logroño del siglo XVI y qué es lo que actualmente se mantiene de aquella época.
La exposición es accesible a personas con movilidad reducida gracias al acceso desde la Plaza del Parlamento. Para ello, se ha reducido el espacio audiovisual y se han inclinado paneles, vitrinas y espacios para la exposición de grandes piezas que incluyen las explicaciones (en castellano, inglés y francés) y diferentes materiales históricos, como documentación o piezas arqueológicas.
Gracias a una proyección de videomapping de dos minutos de duración sobre un escudo de la ciudad tallado en piedra, se crea la ilusión de que sus relieves, texturas y siluetas cobran vida para poder comprender mejor la heráldica de la ciudad y la información histórica que proporciona, que muchas veces no pasa desapercibida o no es comprensible para el público general.


La exposición cuenta también con un audiovisual sobre la evolución de los usos del Cubo del Revellín, en el que, a través de un montaje de locución y entrevistas a vecinos de Logroño, se desgrana el pasado más reciente de este espacio y su entorno: cine, taller del artista chileno Rubio Dalmati, frontón o las viviendas que se levantaron sobre el propio Cubo.
La galería subterránea de acceso al Cubo cuenta con un sonido envolvente con conversaciones de la vida cotidiana del Logroño de hace 500 años, que convierte a los visitantes en auténticos logroñeses de la época.
La visita de la exposición finaliza en la cámara inferior del Cubo, donde se han reacondicionado los asientos y se han instalado un sistema de sonido envolvente y una proyección láser sobre la pantalla natural esférica que forman los muros de sillería de la pared frontal y la bóveda, de casi 90 m2.
En este lugar, el espectador vivirá en primera persona una experiencia inmersiva sensorial a través de la cual viajará a lo largo del tiempo y rememorará el asedio de la ciudad en 1521. El estilo artístico de esta proyección envuelve al espectador y lo sumerge entre imágenes de época creadas a partir de siluetas, texturas, animaciones de partículas y fluidos 3D, luces y sombras volumétricas y efectos especiales.
El objetivo de esta última proyección es ofrecer una experiencia a los visitantes de cómo pudo ser la defensa de la ciudad en 1521 y hacer que se sientan partícipes de ella.
Elementos arqueológicos e históricos
El espacio expositivo del Cubo del Revellín integra elementos arqueológicos, como por ejemplo un escudo de piedra de la primera mitad del siglo XVI que se encontraba en el Parque de Servicios Municipal.
Gracias a la colaboración de instituciones como el Museo de La Rioja y el Museo Najerillense, también cuenta con piezas de gran valor histórico como, por ejemplo, mosquetones, trabucos, pistolas y otras armas de fuego de la época; bolaños del Castillo del Puente; diferentes piezas de cerámica o de numismática, entre otras.
Finalmente, la muestra hace un guiño al pasado reciente del Cubo del Revellín, cuyo lateral oriental acogió un frontón desde 1884 hasta 2010, con un pequeño espacio con material deportivo cedido por la Federación Riojana de Pelota.














