«El niño que crece con un animal será mejor persona en la edad adulta»

Ninos-y-perros
Inicio  »  Cuídales   »   «El niño que crece con un animal será mejor persona en la edad adulta»
¿Tienes un perro o estás pensando en incorporarlo a la familia? Enhorabuena, en el futuro tus hijos serán adultos respetuosos, responsables y con mejores sentimientos.

Desde Perrygatos, empresa riojana especializada en la educación canina y felina, nos explican cuáles son los beneficios demostrados de que un niño se críe junto a un animal, en este caso un perro. Rosa Roldán, técnico en comportamiento canino y felino, nos los detalla en este artículo:

Diversos estudios realizados a lo largo de estos años coinciden en las múltiples ventajas que aporta al desarrollo de un niño crecer con animales, tanto en sus habilidades sociales como en su salud en general. Así pues, ¿qué aporta realmente la convivencia entre ambos?

El cuidado de un cachorro educa en el respeto y la responsabilidad. El cachorro requiere de una serie de cuidados como el paseo, la alimentación, el cepillado o la limpieza, que pueden ser realizados por los niños (bajo la supervisión de un adulto). De este modo, de forma indirecta el cachorro pasa a depender del niño que debe hacerse responsable de cada tarea ya que, de su compromiso, depende el bienestar del perro.

Se convierten en los mejores amigos y confidentes. Los niños hablan con sus perros, les cuentan sus anécdotas (incluso sus preocupaciones), les leen y hasta repasan con ellos la lección. Los perros siempre escuchan sin juzgar y con la misma cara de adoración-atención. A muchos niños les puede costar más o menos sincerarse con un adulto u otro niño pero, cuando se trata de su perro, no hay secretos.

Favorecen el desarrollo emocional, mejoran las habilidades sociales y fomentan la autoestima. Si los adultos somos conscientes de los beneficios que nos aporta un perro, los niños tampoco están exentos de ellos pues, un perro es una oportunidad de crecer, de hacer de cuidador y profesor, de educar desde el respeto y de responsabilizarse del bienestar del animal. Educar un cachorro es un reto diario que fomenta el desarrollo de la imaginación, la “negociación” y la resolución de problemas para “darle la vuelta” a las situaciones. Todo esto contribuye a desarrollar la empatía y las aptitudes sociales. Ello mejora la autoestima del menor, que se siente más preparado para abordar otro tipo de retos sociales, tanto con el resto de niños, como con los adultos.

Educar a un perro fomenta en el niño el desarrollo de la imaginación, la negociación y la resolución de problemas».

Se convierten en los mejores compañeros de juegos. Como hemos visto antes, un perro es un compañero casi infatigable de juegos lo que convierte la actividad en oportunidad de interacción social y de ejercicio físico y mental ya que el niño debe adaptarse a las necesidades de su perro. Además de las anteriores ventajas que redundan en adultos más responsables y respetuosos, hay estudios recientes que nos hablan además de ventajas relacionadas con la salud.

Crecer con un perro favorece el desarrollo de un sistema inmunitario más fuerte. Este hecho está directamente relacionado a una mayor exposición a diferentes tipos de ambientes y a la presencia de bacterias. Esto no quiere decir que debamos permitir que el niño esté metido en barro todo el día pero si es cierto que al estar expuesto, de forma gradual, el sistema inmunitario aprende a defenderse.

Los perros dan lecciones de vida. Es triste pero es normal que el niño, con el paso de los años, sobreviva al cachorro aprendiendo de forma natural a asumir el dolor y superar el duelo por la pérdida.

nino-jugando-con-perroImagen: Flickr.

Niños y perros tienen sentimientos

Los perros, al igual que los niños, también sienten, quizá no de la misma forma el ser humano pero, ha quedado patente que ambas especies contamos con las mismas estructuras, las mismas hormonas y experimentan los mismos cambios químicos que nosotros durante las diferentes emociones.

La relación entre perros y niños hace que se conviertan en adultos respetuosos, responsables y con mejores sentimientos».

Las investigaciones recientes sugieren que la mente de un perro equivale a la de un niño de unos dos años y medio. A esa edad, los niños tienen emociones, aunque no las han desarrollado todas y parece claro que, los perros, del mismo modo, son capaces de sentir las mismas emociones básicas como afecto, felicidad, tristeza, miedo, sorpresa, timidez, desconfianza, aversión, alegría, angustia, excitación… pero no son capaces de procesar las emociones sociales complejas como culpabilidad, orgullo o vergüenza.

Resumiendo…

La relación y el vínculo entre perros y niños a temprana edad, bien correspondido y canalizado, es para toda la vida y hace que, nuestros niños al crecer, sean adultos respetuosos, responsables y con mejores sentimientos.

Convivir con un perro garantiza muchos momentos de diversión aunque también implica una enorme responsabilidad y una oportunidad para educar a los niños en el respeto y la tolerancia. Van a disfrutar de un compañero fiel, encantado de recibirlos moviendo alegremente el rabito a la vuelta a casa, de acompañarlos en largos paseos y excursiones, de hacerlos reír cada vez que aprenda algo nuevo y de hacerlos sentir el centro del universo para su perro. Debéis enseñar al niño a corresponder a su perro, siendo un buen referente y aportándole la seguridad y confianza que se merece.

Rosa Roldán – Perrygatos
Técnico en comportamiento canino y felino. Educadora canina
www.perrygatos.es

Imagen portada: Flickr

Inicio  »  Cuídales   »   «El niño que crece con un animal será mejor persona en la edad adulta»