Aprender es algo que forma parte de nuestro desarrollo desde que nacemos. Todo lo que nos rodea nos manda una serie de estímulos que nos invitan a curiosear, a descubrir más sobre el mundo y todo lo que lo compone. Gran parte de nuestro aprendizaje viene, por supuesto, de los años que pasamos en centros como escuelas, institutos y hasta universidades. Sin embargo, hay mucho más fuera de estas instalaciones y del sector educativo, muchos más frentes de los que aprender.
Y es algo que no notamos, pero sí vivimos desde pequeños. De hecho, las actividades lúdicas son una potente fuente de aprendizaje a cortas edades. ¿Sabíais que practicar diferentes juegos de memoria puede desarrollar diferentes aptitudes en los niños? No es una pregunta lanzada al aire, en realidad es una afirmación camuflada, en la que queremos ahondar. Porque cosas como practicar juegos de memoria y asociación pueden ayudar mucho al desarrollo de los niños y niñas.
Así ayudan los juegos de memoria a los niños
La memorización es un proceso que comienza con la grabación de la información, su almacenamiento y clasificación. Aunque parezca el proceso típico de un ordenador, es así como lo hace nuestro cerebro desde que tenemos uso de razón. Repetirlo con cierta frecuencia hace que el cerebro se entrene y mejore su capacidad para memorizar, dando grandes resultados con el paso de los años. Tanto es así que, de hecho, se recomienda tener cierto hábito en este sentido para no tener problemas de memoria en edades más avanzadas.
Y un buen ejercicio para esto es el juego, ya que concentra dicho ciclo cognitivo en pequeñas dosis de tiempo y en actividades que no fuerzan, sino que entretienen. Es una forma de entrenar al cerebro sin quererlo, disfrutando mientras tanto y entrenando la memoria de cara al futuro.
Claro está, es importante que se cuente con los juguetes adecuados, orientados al ámbito educativo y diseñados para camuflar el aprendizaje y el entrenamiento con extrema sutileza tras su propuesta lúdica. Los buenos juegos de memoria pueden mejorar la memoria visual a través de la vista, mejorando las asociaciones visuales y la percepción del entorno. También refuerzan el pensamiento rápido, clave para el desarrollo de los niños, dándoles una mayor agilidad mental que les ayude a resolver problemas con más destreza en el futuro.
Por último, pero no por ello menos importante, los juegos de memoria refuerzan la concentración. Para poder ganar o conseguir sus objetivos, tienen que centrarse en el juego y dejar fuera los posibles estímulos externos que los distraigan. Y esta, desde luego, es una cualidad muy importante, sobre todo en los tiempos que corren, en los que las facilidades para distraerse se multiplican día tras día.
En definitiva, el juego es un muy buen mecanismo para el desarrollo y el aprendizaje, y los juegos de memoria son la clave para reforzar la actividad del cerebro y mejorar varios procesos claves para el futuro de cualquier persona. Jugar es mucho más que pasarlo bien, y esto es la clara prueba de ello.
