Los celos: ese monstruo de ojos verdes

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Una mínima dosis de celos en una pareja puede ser positivo y funcional para la relación. La psicóloga y mediadora Patricia Álvarez (Álvarez & Colás) nos explica su diferencia con los celos patológicos, que requieren de terapia para que la pareja sobreviva.

[vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]Los celos son un sentimiento innato y universal que se basan en un miedo visceral y profundo a perder a la persona amada ante un rival real o imaginario. En Otelo de Shakespeare, obra de la que se extrae el trastorno celotípico del mismo nombre, los llamaba el “monstruo de ojos verdes” que puede transformar el amor en furia, control e intimidación en cuestión de segundos, y finalmente, destruirlo. Nos lo explica la psicóloga y mediadora Patricia Álvarez.

En los celos hay dos ingredientes básicos: la posesión y la inseguridad

Se teme perder lo que se tiene, lo que se considera de mi propiedad, y se teme que la persona que amo, quien me da seguridad, prefiera a otro en lugar de a mí. Por eso, imaginar esta pérdida genera en la persona celosa una gran angustia y el sentimiento de envidia de que pueda ser disfrutada por otro. Ésta es además una de las incertidumbres que mantienen celos: la persona celosa no tiene claro quién saldría ganando si se la compara con una tercera persona, no sabe qué está pasando realmente por la mente de la persona amada y tampoco si sus sospechas son subjetivas o responden a una traición real.

Una mínima dosis de celos en una pareja puede ser positivo y funcional»

Celos, los justos

Una mínima dosis de celos no tiene por qué suponer un problema en una pareja, incluso puede ser positivo y funcional, ya que ese sentimiento suave, tenue y esporádico lleva a no querer perder lo que amamos y a cuidar de la relación.

Muy diferente son los celos patológicos. Un sentimiento intenso, infundado y duradero, que se instala en la mente de quien los sufre desplazando otros pensamientos y dirigiendo su conducta, y que causa una enorme desesperación y sufrimiento.

Los celos aparecen con más facilidad en diversos momentos críticos de la vida de la pareja: el inicio de la relación, el nacimiento de un hijo, el éxito profesional… También algunas situaciones aumentan la posibilidad de que se desencadenen, por ejemplo: que nuestra pareja nos haya hablado con interés de un nuevo compañero de trabajo o que se haya encontrado por la calle a un antiguo amor de instituto.

El inicio de una relación o el nacimiento de un hijo pueden desencadenar situaciones de celos en las parejas».

Aunque es necesario que se produzca un desencadenante que los provoque, existe una predisposición de personalidad hacia los celos: las personas con baja autoestima tienen unos sentimientos de inferioridad que les hacen pensar que los demás son mejor que ellas; las personas inseguras habitualmente son muy dependientes de la pareja y tienen mayor necesidad de reconocimiento; y las personas desconfiadas tienden a desconfiar sobretodo de su relación de pareja. Para estas personas, muchas otras situaciones pueden ser también interpretadas erróneamente como señales amenazadoras de su autoestima y provocarles celos.

Personas con baja autoestima, inseguras y desconfiadas suelen ser las más celosas»

Miguel y Ana

Desde que un amigo le contó que se había divorciado por una infidelidad de su mujer, Miguel empezó a atar cabos. Cosas a las que antes no prestaba atención ahora le llenan de preocupación. Se ha dado cuenta que desde hace un tiempo Ana se arregla más para ir a la oficina, se muestra más callada con él y tiene menos iniciativa sexual que antes. Últimamente dice que tiene trabajo y llega tarde a casa, y no le contesta al teléfono cuando él la llama a pesar de que en casa siempre está pendiente del móvil. De hecho, una de las últimas discusiones fue porque Ana se acuesta pronto diciendo que está cansada, pero luego permanece en la cama chateando con el móvil. Todo esto ha hecho que Miguel crea que Ana le oculta algo y que aparezcan temores de infidelidad, viendo sospechoso a cualquiera, desde compañeros de trabajo hasta amigos. Aunque es consciente de que no tiene ninguna prueba que le confirme sus temores, estos pensamientos inundan su día a día, siendo incapaz de contenerlos o rechazarlos. Por esto, busca pruebas en el ordenador cuando Ana no está, ha intentado contrastar quiénes están conectados al mismo tiempo en el whatsapp, la llama varias veces al día con cualquier excusa, la interroga sobre sus movimientos… Incluso se ha planteado instalarle un programa espía en el móvil. Cuando no encuentra nada que le confirme su miedo o cuando tras sus insistentes y obsesivas preguntas, Ana se justifica y termina llorando asegurándole que sólo le quiere a él, Miguel siente cierta culpa, algo de alivio y se disculpa por lo que está haciendo, alcanzando un respiro momentáneo que se desvanece cuando detecta algo que hace que reaparezcan nuevamente sus sospechas.

La terapia ayuda a controlar los celos

Con el tiempo, los celos instauran un bucle entre el celoso y la pareja: tras una situación desencadenante, la persona celosa experimenta miedo y adopta una actitud de vigilancia, desconfianza y acusación. Las justificaciones, las afirmaciones tranquilizadoras de la pareja o la evidencia provocan una disminución de la tensión y un alivio transitorio hasta que nuevamente algo levanta las sospechas del celoso. Cuando su pareja empieza a sentir como insoportable el control, comenzará a ocultarle cosas para no despertar su recelo y volver a sentir libertad, lo que aumentará la susceptibilidad del celoso quedando ambos atrapados en un círculo sin fin en el que se oscila entre amor y odio, indefensión y agresión, culpar al otro y culparse a sí mismo.

Los primeros pasos a conseguir serán que ambos creen los límites alrededor de su unión que diferencien su relación de otras, que negocien el equilibrio entre la seguridad, y la libertad y autonomía en la relación, y que cada uno pueda aprender estrategias efectivas para manejar sus propias inseguridades personales y la incertidumbre que provoca el amor.

Patricia Álvarez García
Psicóloga, mediadora y cotitular de ÁLVAREZ & COLÁS.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][vc_column_text]Patricia Álvarez
Psicóloga Despacho Álvarez & Colás 

Patricia Álvarez García, es psicóloga,  mediadora y cotitular del despacho de ÁLVAREZ & COLÁS (Hermanos Moroy -Pasaje de los leones-, 8. 3º E), un despacho especializado en materia de pareja y familia, que presta asistencia psicológica y/o legal en problemas de pareja, conflictos personales o familiares, y procesos de ruptura, separación y divorcio, siendo un referente en La Rioja en el ejercicio conjunto de la Psicología y la Abogacía para aquellos casos que requieran de un abordaje interdisciplinar.

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