Mes de octubre y, con él, el inicio de la mayoría de actividades extraescolares. Primer tema, temazo, para estrenar esta nueva sección con Martina Pérez Oliván, pedagoga y coordinadora del área de Crianza de la Universidad Popular de Logroño.
En esta institución, Martina lleva doce años como profesora de cursos como Orientación Pedagógica o las Tertulias Pedagógicas, dirigidas a educadores y familias. Por sus «manos» han pasado cientos de madres y padres, entre los que se repiten las mismas inquietudes que, a partir de ahora, también intentaremos dar respuesta a través de esta sección.
«Es que no tienen tiempo libre ni para aburrirse», protesta la pedagoga. Así comienza esta entrevista en la que asegura «debemos proteger a los niños de la fiebre que nos entra a los padres a la hora de elegir actividades».
El Balcón de Mateo (EBM): Al grano, ¿les estamos estresando?
Martina Pérez (MP): Me temo que sí. Cada vez encontramos más niños y niñas agotadas y estresadas. Los padres de ahora somos muy críticos con la escuela, ‘que si les agobian con deberes, que si no fomentan su creatividad…’. Y cuando nos toca a nosotros, les sobrecargamos aún más.
No podemos olvidar que es su tiempo libre y que tienen derecho a elegir en qué lo quieren emplear. Pero tienen un horario tan altamente estructurado por los adultos que no les queda tiempo para jugar, crear, imaginar… ¡ni siquiera para aburrirse!
EBM: Entonces, ¿debemos pasar de extraescolares? ¿Es eso?
MP: No, tampoco digo eso. Me explico. En cuanto a las actividades de refuerzo escolar, hay niños que las necesitan de verdad. Y no me refiero a quienes «flojean» en una asignatura, y que los pobrecitos tienen doble ración al salir del colegio: ‘¿Que lo tuyo no son los números? Pues toma cuarto y mitad fuera del cole’. No, eso no puede ser. El refuerzo escolar debe existir para aquellos niños que de verdad lo necesitan; y eso cada padre y madre lo sabe, o ante la duda consultar con los tutores.
Para el resto de actividades: artes, idiomas, música, tecnologías, deportes… Cualquiera que elijamos, o mejor dicho, que elija, debería servir para que nuestro hijo vaya probando hasta que encuentre aquello que le llena, que le apasiona, aquello que se puede convertir en su hobby al llegar a la temida adolescencia. Cuando llegan a esta edad y tienen bien interiorizadas sus pasiones, se convierten en una motivación muy fuerte.
[quote color=»#000000″ arrow=»yes» align=»center»]»Deberían experimentar diferentes extraescolares hasta que encuentren la que les llena, la que les apasiona, aquella que se puede convertir en su hobby al llegar a la temida adolescencia».[/quote]
EBM: Entonces, ¿cómo elegir la extraescolar ideal?
MP: Muy fácil, sabremos si hemos acertado con la actividad si el día que toca, al levantarse de la cama, están contentos porque tienen judo, inglés, música, o lo que sea que hace de ese día uno especial. La extraescolar les debe liberar, aligerar, no al revés.
Un buen regalo que les podemos hacer es ofrecer un abanico amplio donde ellos vayan poco a poco experimentando y probando cosas nuevas, aquello que les haga vibrar. Lo que Ken Robinson llama «El elemento».
[quote color=»#000000″ arrow=»yes» align=»center»] «Sabremos si hemos acertado con la actividad si el día que toca, al levantarse de la cama, están contentos porque tienen judo, inglés, música… lo que sea que haga ese día especial».[/quote]
EBM: Pero ¿la tienen que elegir ellos o nosotros?
MP: Ambos. Debe ser algo consensuado. Bien pensado y meditado. Nosotros conocemos bien a nuestros hijos, sus intereses, lo que les gusta y lo que necesita en este preciso momento. Vamos a buscar entre los dos una actividad que responda a todo esto. No podemos olvidar que es su tiempo libre.
Si llega el caso que vemos que nos hemos equivocado, siempre nos podemos echar para atrás. No vamos a fomentar que sea un picaflor y un caprichoso. Pero habiendo hecho bien el paso anterior, si la hemos pensado, meditado, visto los pros y contras… y aún así vemos que nos hemos equivocado, siempre podemos borrarle. ¿O no lo hacemos con nosotras mismas?
EBM: ¿Y si resulta que no quiere hacer nada en su tiempo libre?
MP: Bueno. Puede ocurrir. En ese caso, veremos qué opciones nos propone nuestra hija o hijo para ocupar este tiempo. Si su propuesta es lógica. Si incluye otras actividades, como lectura, pintura, juegos al aire libre… Cualquier cosa que vaya más allá de pasarse la tarde tirados en el sofá jugando con pantallas. Si es así, puede que no necesite nada más.
EBM: ¿A qué edad podrían empezar?
MP: Ocurre una cosa, la edad infantil es tramposa. Los niños en Educación Infantil son esponjas para la estimulación y el aprendizaje. Sin embargo, durante un día de clase ordinario han estado muchas horas sin ti. No podemos olvidar que el mayor aprendizaje en esta etapa es el afectivo. Así que, si puedes, busca actividades extraescolares pero en las que estéis juntos, para hacer en familia. Si no encuentras dentro de la oferta disponible, invéntala. Yo no priorizaría que haga deporte a que esté conmigo, pues mejor si podemos hacer deporte juntos.
[quote color=»#000000″ arrow=»yes» align=»center»] Con los más pequeños, busca extraescolares para compartir juntos en familia. Si no las encuentras, invéntatelas.[/quote]
EBM: Para terminar, ¿podrías advertirnos de los errores más frecuentes, aquello que no hay que hacer a la hora de elegir extraescolares?
MP: Vamos a enumerarlas.
- 1º La especialización es terrible. Querer que nuestros hijos sean los mejores en lo que hacen y desde pequeños les apuntamos a algo sin dejar que experimenten nada más, solo buscando que sea la mejor del equipo, el mejor tocando el violín… Ojito con esto, las expectativas que le transmitimos y las frustraciones que podemos generar.
- 2º El siguiente error, super frecuente, es quemar etapas. Aquí nos encontramos situaciones como querer apuntar a tu niño de 5 años a una actividad que es para 7, por ejemplo. No es necesario correr, no hay prisa. Ellos crecen y mucho más rápido de lo que nos parece. Ya llegará el momento de poder hacer eso que quieres.
- 3º Elegir por compensación. Ya lo decíamos antes, pero suele repetirse mucho. Por ejemplo: ‘le apunto a yoga porque es muy nervioso’ o ‘le apunto a gimnasia porque es muy torpe’. Este es un error muy gordo, porque no desarrolla sus habilidades, y es posible que incluso se sienta peor.
[quote color=»#000000″ arrow=»yes» align=»center»] Elegir por compensación es un error: «es nervioso, le apunto a yoga; es torpe, a gimnasia» porque esto puede hacer que se sienta aún peor.[/quote]
- 4º Super importante: debemos buscar que la actividad se adapte a nuestro horario, no al revés. Y este es un error en el que todos caemos. Debemos olvidarnos de hacer huecos donde no los hay, de dejar de hacer cosas por llegar a la extraescolar, de ir corriendo. Si nos dicen, «pues a este turno no tengo plaza, pero tengo a este otro’, que en realidad sabes que te va fatal, descártalo, ya será en otra ocasión.
- 5º Por último, querer hacer realidad nuestros sueños no cumplidos a través de ellos: ‘Yo nunca aprendí a tocar el piano y quiero que tú sí’. Tampoco querer repetir moldes o modelos: ‘en mi familia todos sabemos dibujar muy bien’, fuera.
Por último, tenemos que conseguir que ante la pregunta de «mamá/papá, ¿qué me toca hoy?» la respuesta sea: «¿Qué te apetece? Podemos hacer un bizcocho, podemos salir a andar en bici, quedarnos en casa, darnos un masaje…».
Poner un cartel muy, muy grande que nos recuerde que su principal actividad, aquella que le hace aprender y relacionarse con la vida, es el juego.