Es curioso observar cómo algunos gatos se dejan manipular y hacer de todo por parte de los niños de la casa (algunos llegan a tratarlos como muñecos: vestirles, peinarles e, incluso, llevarlos en los carritos de sus muñecos.
Los gatos son tolerantes con sus niños
Por experiencia, en Perrygatos sabemos que, bien socializados en su periodo crítico (es decir, que se han criado con niños), bien educados y equilibrados de carácter, los gatos son más indulgentes con los menores que algunos adultos. Por su pequeño humano, el gato aguanta casi todo.
La práctica demuestra que los animales interpretan a los niños como seres frágiles y vulnerables y, por ello, los tratan de manera diferente a cómo lo harían con cualquier otra persona. Pero este hecho se da, fundamentalmente, entre el animal y el niño de la casa. Lo que tolera a su pequeño propietario, casi seguro que no lo consiente de manos de otro niño desconocido y prefiera huir y esconderse.
Muchos hemos visto vídeos de gatos amorosos, acurrucados al lado de bebés, acunándolos hasta dormirlos suavemente. El ronroneo del gato apacigua y calma al pequeño, favoreciendo el descanso. La cuna y el cuerpo del bebé son lugares calentitos y agradables para nuestro pequeño felino. Hay que vigilar que el gato no se coloque en la cara del bebé para evitar asfixia. Es por ello que se recomienda que el animalito duerma en su propio lugar, aunque disfrutemos de grandes momentos de ternura junto a él y el bebé.
Ante todo, seamos respetuosos
Por otro lado, también en internet, circulan numerosos vídeos sobre gatos increíblemente pacientes, que están siendo manipulados por niños pequeños (incluso bebés) sin apenas pestañear, mientras aguantan estoicamente tirones de la cola, orejas o pellizcos por todo el cuerpo. El respeto es la base de toda buena convivencia y los adultos somos los responsables de enseñar al niño cómo tratar adecuadamente al gato, para evitar malas experiencias y velar por la seguridad de ambos, sobre todo, si queremos que en el futuro, se conviertan en buenos amigos.
Nunca recomendaremos poner al gato en una situación límite. Es importante enseñar al menos a tratar correctamente al animal y prevenir que pueda molestarlo o, incluso, hacerle daño, puesto que nos arriesgamos a un disgusto por una reacción del gato que, por otro lado, seria lógica.
En la relación entre animales y niños, la supervisión por parte de los adultos, la buena educación de los niños en su relación con los animales y la prudencia deben primar por encima de todo.
Rosa Roldán – Perrygatos
Técnico en comportamiento canino y felino. Educadora canina
www.perrygatos.es
En internet hay varios vídeos que ilustran perfectamente este post
También puedes ver:
https://www.youtube.com/watch?v=nb5Rz0rryHY
https://www.youtube.com/watch?v=AV3kBB2RNdw