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Cómo compaginar tu día a día con las actividades de tus hijos

Suena el despertador, preparas desayunos, buscas calcetines que no hacen juego, revisas mochilas… y justo cuando crees que todo está bajo control, suena el correo del trabajo con un “reunión urgente a las 9:00”. La realidad es esa: padres y madres viven en una constante carrera de fondo, intentando cuadrar lo profesional con lo familiar sin perder la cabeza. Pero, aunque parezca complicado, sí se puede lograr un equilibrio si se combinan planificación, límites y sentido común.

El planning como salvavidas

Organizar el día a día no significa llenarlo de tareas, sino estructurarlo de manera realista. Un buen calendario —digital o en papel— puede ser tu mejor aliado. Marca las horas de trabajo, las actividades de tus hijos, las comidas y, muy importante, los momentos de descanso. Si usas herramientas como Google Calendar o Notion, compártelas con tu pareja o con los niños mayores: todos deben saber qué toca y cuándo.

Revisar la semana cada domingo ayuda a anticipar los días más exigentes. Así puedes prever imprevistos, pedir apoyo a otros padres o reorganizar citas laborales. La clave está en dejar pequeños márgenes entre actividades: los horarios rígidos acaban generando más estrés que orden.

Tener tu calendario laboral siempre actualizado

Una buena gestión del tiempo empieza por mantener tu calendario laboral actualizado. Si sabes exactamente cuándo tienes reuniones, plazos o entregas, te resultará más fácil coordinar las actividades de tus hijos sin que nada se solape. Aquí es donde contar con un business mail completo marca la diferencia.

Un sistema profesional de correo electrónico no solo sirve para enviar y recibir mensajes, sino también para administrar fácilmente tus calendarios: crear calendarios para diferentes equipos, proyectos o eventos; compartirlos y ver la disponibilidad de tus compañeros para evitar las interminables idas y venidas de correos. Además, te permite mantenerte al tanto de tus correos electrónicos, con funciones como programar, deshacer o pausar envíos, y mantener todo organizado mediante carpetas, etiquetas y filtros. También puedes añadir confirmaciones de lectura, fechas de caducidad o contraseñas para proteger tus mensajes más sensibles.

Trabajo y familia: marcar límites sin sentirse culpable

El trabajo tiende a invadirlo todo, sobre todo si usas el móvil o el correo fuera del horario laboral. Por eso, establecer límites es fundamental. Decide a qué hora dejas de mirar el correo —sí, incluso ese business mail que parece urgente— y respétalo. De esa forma podrás dedicar tu atención plena a tu familia sin distracciones.

Si trabajas desde casa, delimita un espacio físico para trabajar y otro para desconectar. Y si tu empleo te exige horarios largos, busca compensar con pequeños rituales familiares: leer un cuento juntos antes de dormir, cenar sin pantallas o acompañarlos a alguna actividad el fin de semana.

Las actividades extraescolares: menos puede ser más

No todos los niños necesitan llenar cada tarde con clases de refuerzo, música, inglés y deporte. La saturación no solo los agota a ellos, también complica la logística familiar. Antes de apuntarlos a todo, elige una o dos actividades que realmente disfruten y que encajen con tu ritmo laboral.

Si no puedes recogerlos siempre, coordínate con otros padres o busca actividades cercanas al colegio. Y, cuando estén en sus clases, aprovecha para avanzar trabajo o simplemente descansar.

Flexibilidad y comunicación

Por mucho que planifiques, habrá días que se salgan del guion. Lo esencial es mantener la calma y comunicarte con tus hijos. Explicarles que también tienes responsabilidades y que todos colaboran para que la rutina funcione crea conciencia y empatía.

Compaginar trabajo y familia no es cuestión de hacerlo todo, sino de hacerlo con sentido. Con planificación, herramientas adecuadas y flexibilidad, puedes cumplir con tus responsabilidades y seguir disfrutando de tu familia sin sentir que el día no te alcanza.