Las mamás que han pasado por una amniocentesis saben bien las molestias físicas, psicológicas y los riesgos que esta entraña. Ahora, un simple test de sangre a la madre permitirá saber, con una fiabilidad del 99%, si el feto padece síndrome de Down.
Otra de las ventajas de este test es que se puede realizar a partir de la semana 10 de embarazo, mientras que la amniocentesis se realiza en la 15 ó 16. Un margen de tiempo muy importante para valorar la decisión de abortar.
Estos test estarán disponibles en España a partir de enero, pero únicamente en 50 hospitales privados y siempre previo pago por parte del cliente, ya que ningún seguro médico se hace cargo del coste: unos 700 euros. De momento, su elevado precio no ha convencido a las autoridades sanitarias para ofrecerlo en los centros públicos.
Fuente: El mundo
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