Un cuento por cortesía del Hospital Imaginario

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Desde Hospital Imaginario nos han enviado este cuento para compartirlo con todos los lectores. Es una versión muy divertida de Caperucita Roja, obra de Javier Arróniz (Javito). ¡Gracias!

Desde el Hospital Imaginario nos han escrito para agradecernos la carta que publicamos de una lectora. Además, nos han enviado un cuento versionado de Caperucita Roja como agradecimiento. La verdad es que da gusto toparse con PERSONAS (así, en mayúsculas) de este tipo. Este cuento se debe contar entre dos personas. Ahí os lo dejo para que lo disfrutéis con vuestros niños.

 CAPERUCITA ROJA (versión gamberra)  

Autor: Javier Arróniz (Javito) de Hospital Imaginario.

Indicaciones: este cuento debe de ser contado, por 2 personas. La persona A lo cuenta correctamente y la persona B es la gamberra que lo cuenta a su manera.  Es importante prepararlo un poquito antes para que salga bien.

 

A: Érase una vez, hace mucho, mucho tiempo…

B: Muchisiiiiiiiiiisimo…

A: (sin hacer caso) Una chica muy guapa que se llamaba Caperucita Roja. Le habían puesto ese nombre porque siempre llevaba puesta una caperuza roja.

B: ¡Pues qué guarra! ¡Siempe con la misma ropa!

A: No, era una chica muy limpia y como la caperuza le gustaba mucho, se la ponía siempre. Un día su madre le dijo a Caperucita…

B: ¡Cochina, cámbiate de ropa!

A: ¡No! le dijo que su abuelita estaba enferma y que tenía que ir a visitarla y llevarle una cesta con comida y claro, como Caperucita era muy obediente y siempre hacía lo que su madre le ordenaba…

B: Pues esta vez dijo que no, porque prefería irse ¡de fiesta con los amigos¡

A: (Suspirando) ¡Uff…! ¡El cuento no es así! Le dijo que sí, que iba a llevarle la cesta a su abuelita. Para llegar a casa de su abuela, Caperucita tenía que atravesar todo el bosque, por lo que su madre le dijo: “no te apartes del camino y no hables con desconocidos”. Y Caperucita contestó…

B: “No te preocupes mamá, cogeré el autobús”.   

A: (Mirando enfadado) No pudo decir eso, porque en este cuento ¡no hay ningún autobús!. Caperucita contestó a su madre que seguiría sus consejos: no hablaría con desconocidos y no se apartaría del camino. De ese modo, cogió la cesta y empezó a andar por el bosque. Todo iba muy bien, hasta que se encontró…

B: ¡Con un ninja! ¡Yiiiiaaa!                 

A: (Enfadado) ¡No! ¡Con el lobo! El lobo era muy malo y pensó engañarla para comérsela. Se acercó a Caperucita y le dijo…

B: (Cantando)… Hola mi amor. Yo soy tu lobo. Quiero tenerte cerca para verte mejor…

A: ¡Cállate de una vez! El lobo le preguntó a Caperucita que a dónde iba. Caperucita le dijo que iba a casa de su abuelita, que estaba enferma, a llevarle comida. Entonces el lobo pensó….

B: “¿Por qué no habrá cogido esta niña el autobús?

A: (Pasando) Pensó: “Voy a mandarle por un camino más largo, así yo llego antes, me como a la abuelita y luego a Caperucita”… Entonces, le dijo a la niña que él iría por otro camino, que era más largo. Y Caperucita… 

B: ¡Que era medio tonta…!

A: Que le gustó mucho el camino, eligió el que le había dicho el lobo. Mientras, el lobo fue corriendo a casa de la abuelita y se la comió. Entonces, para engañar a Caperucita, se puso la ropa de la abuelita y se metió en la cama, esperando a que Caperucita llegara.

B: ¿Qué se puso la ropa de la abuela? ¡Si no era carnaval!

A: ¡Deja de decir tonterías! Mientras tanto, Caperucita, se había entretenido por el camino largo, mirando las flores y…

B: ¡Los dinosaurios del bosque!

A: (Muy enfadado) ¡NOOOOO! ¡ME ESTÁS DESTROZANDO EL CUENTO! ¡NO HAY DINOSAURIOS EN EL CUENTO DE CAPERUCITA! 

B: (Serio) Bueno, ya me callo ¡tampoco hay que ponerse así!

A: (Más calmado) Entonces, Caperucita, que se entretuvo mirando las flores y los animales, llego a casa de su abuelita. Se acercó a la cama, donde estaba el lobo, pero que ella no lo sabía y  Caperucita le dijo: “Abuelita, abuelita: ¡Qué nariz tan grande tienes! A lo que el lobo respondió:  

B: “Es que estoy muy resfriada. (Sonándose)  ¡Sniff¡   

A: No, le dijo: “Para olerte mejor”. Y después, Caperucita le preguntó a su abuelita: “Abuelita, abuelita, qué ojos más grandes tienes”. A lo que el lobo respondió:

B: “Uno es de cristal, si quieres te lo dejo”.

A: ¡NOOOOO! Le dijo: “Son para verte mejor”. Y finalmente le dijo Caperucita: “Abuelita, abuelita, qué dientes más grandes tienes”. A lo que el lobo respondió: “Son para comerte mejor”. En ese momento el lobo se quitó el disfraz y saltó sobre Caperucita para comérsela. Caperucita se puso a gritar, y esos gritos hicieron que se acercasen al lugar…

B: (Gritando)…el ninja, que había ido en autobús y también los dinosaurios. El ninja, al verse en peligro por los dinosaurios, se puso a luchar contra ellos. Y también fue al lugar la policía con los bomberos…

A: (Más enfadado que en ningún momento) ¡BASTA, ME NIEGO A SEGUIR CONTANDO EL CUENTO¡ (Cruza los brazos con gesto de enfado y/o se va)

B: Vale, pues ya termino yo. Al oír gritar a Caperucita, se acercó a la casa de la abuelita un cazador, que cuando vio al lobo, lo mató. Entonces el cazador, abrió la tripa del lobo y rescató a la abuelita.

Caperucita y su abuelita, se pusieron muy contentas y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Imagen: galeria.dibujos.net

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