¿Castigarías a tu pareja por no recoger los calcetines? ¿Permitirías que esto ocurriera día tras día?
Probablemente, ni una cosa ni otra.
Sin embargo, cuando lo trasladamos a la educación y relación con nuestros hijos, la respuesta puede variar.
En esto, precisamente, consiste la disciplina positiva. Una metodología educativa que ayuda a entender el comportamiento de los niños y nos enseña para guiarlos de una manera efectiva y duradera.
La disciplina positiva se basa en la comunicación, el amor, el entendimiento y la empatía para dotar a las familias de herramientas en su vida cotidiana y disfrutar de las relaciones familiares.
Y para aprenderla, puedes apuntarte al taller que tendrá lugar los sábados 20 y 27 de marzo de 10 a 14 horas, en Obstetrix. Previamente, el martes 16 de marzo, a las 18 horas, habrá una sesión introductoria, de unos 90 minutos de duración.
Está enfocado a aprender herramientas que ayudarán a conectar con el niño en las primeras etapas y a entender su comportamiento: rabietas, actitud desafiante, luchas de poder, desobediencia, gritos…
Se trata de conocer para mejorar la convivencia y la comunicación, siempre desde el respeto y enseñando a la vez competencias esenciales para la vida.
Ni castigos ni permisividad, respeto mutuo
Es un enfoque que no incluye ni castigos ni permisividad. Respeto mutuo y colaboración con la intención de invitar a los niños a descubrir sus capacidades y enseñarles habilidades básicas para la vida.
Todas las herramientas van dirigidas a conectar con el niño, a entender su comportamiento, a mejorar la comunicación y la convivencia, siempre desde el respeto y enseñando a la vez competencias esenciales para la vida.