Recuerdo el día en que me convertí en madre por primera vez. Y recuerdo muy bien los sentimientos que me acompañaron los días anteriores: nervios, ilusión, miedo, ganas… Aparecían y se alternaban de forma intermitente.
A esa inquietud, imagina sumarle la incertidumbre de no saber si vas a poder estar acompañada durante el parto, de si serás negativa o de si, por el contrario, darás positivo en COVID-19 y no podrás abrazar a tu bebé, amamantarlo o, simplemente, darle un beso.
Queríamos que este Día de la Madre fuera especial. Hoy, nuestra mirada, nuestro reconocimiento y homenaje es para vosotras: las decenas de mujeres cuyos bebés han venido a este destartalado mundo en tiempos de Coronavirus.
[quote color=»#000000″ arrow=»yes» align=»center»] Todas coinciden en un mensaje para las futuras mamás: «No tengáis miedo. Vais a estar en buenas manos».[/quote]
Marina, Patricia, Paula y Cristina son cuatro mujeres que han tenido a sus bebés, casualmente cuatro niñas, hace solo unos días.
Cuando estés leyendo esto, ellas ya habrán dejado atrás el hospital y estarán en sus casas con sus bebés. Y a pesar de que la historia de cada una es diferente, todas coinciden en un mensaje para las futuras mamás: «No tengáis miedo. Vais a estar en buenas manos».
«Quítate la mascarilla para reconocerte y abrazarte si te veo por la calle»
Es lo que pidió Marina Pascual a las sanitarias que le cuidaron durante su estancia en el Hospital San Pedro. Y eso que su experiencia fue de todo menos dulce.
Nada más nacer, por cesárea, su hija fue trasladada a Neonatos por un problema respiratorio que, a priori, se iba a solucionar en unas horas… «pero pasaron tres días hasta que pude ver a mi hija. Y cuando, por fin, pude darle un beso tuvo que ser con la mascarilla puesta», recuerda.
[quote color=»#000000″ arrow=»yes» align=»center»] Pasaron tres días hasta que pude ver a mi hija. Cuando, al fin, pude darle un beso tuvo que ser con la mascarilla puesta.[/quote]
En ese momento, Marina estaba tan preocupada por la salud de su hija Luz que ni siquiera pensaba en el Coronavirus. «Cuando llegué a casa y volví a ver las fotos abrazándola por primera vez con mascarilla, guantes y cables, fue cuando llegó la hora de procesar la intensidad de todo lo que habíamos vivido».
Por eso, concluye, «me quedo con la humanidad de las profesionales que estuvieron conmigo: Pilar, Laura, Nuria… El día que pueda les abrazaré mucho y muy fuerte. Incluso les pedí que se quitaran la mascarilla para poder reconocerlas por la calle».
Horas de angustia esperando el resultado del test
Si tú, lectora, ya has sido madre, sabes que en circunstancias normales puedes estar acompañada de tu pareja (o persona que desees) desde el momento que pones un pie en el hospital. No así en medio de una pandemia.
Sin duda, recuerda Patricia Esteban, «lo peor fueron las horas esperando al resultado del test COVID». «Los laboratorios cerraban por la noche y no podían darme resultados, así que me pasé toda la noche sin poder estar con mi pareja, con contracciones, muy desconcertada y vulnerable en la sala de dilatación. En 8 horas solo dilaté un centímetro. Cuando, por fin, a las 9 de la mañana me dijeron que era negativo y dejaron entrar a mi pareja, fue todo rodado.
[quote color=»#000000″ arrow=»yes» align=»center»] Aun siendo muy triste que mi familia no la pueda conocer, esto también hace que el vínculo con la peque sea más fuerte y tranquilo.[/quote]
Finalmente, Elia vino al mundo a las 6 de la tarde del 25 de abril, tras «un precioso parto». «Tengo que decir que tenemos grandísimos profesionales muy cuidadosos, amables y respetuosos. Y aun siendo muy triste que mi familia y amigos no la puedan conocer, a la vez también hace que el vínculo con la peque sea más fuerte y tranquilo porque sólo estamos los 4 en casa».
«Tuve que esperar 5 horas para coger a mi bebé»
Hay algo más en lo que todas coinciden: lo cambiante de los protocolos. «Lo que yo te cuente hoy sobre cómo ha sido mi parto, mañana puede cambiar», explica Paula Sáenz-Laguna. Y añade: «por eso hay que dejarse llevar por las grandes profesionales con las que contamos en Urgencias, paritorios y maternidad del San Pedro de Logroño».
Paula también llegó al hospital de madrugada, pero, al contrario que Patricia, ella sí pudo estar acompañada de su pareja durante las horas previas al parto. «Me realizaron el test a mi sola y, como medida de precaución, permanecimos juntos en la sala de dilatación, ya que no podíamos subir a planta hasta no obtener los resultados», indica.
Pero Celia tenía prisa por venir al mundo y nació antes de llegar los resultados del COVID. «Como no sabía si era o no positivo, solo pude realizar el piel con piel durante un minuto. Tuve que esperar cinco eternas horas hasta que me dijeron que ya podía abrazar a mi bebé.
[quote color=»#000000″ arrow=»yes» align=»center»] La clave es la aceptación, cuidarse e ir con la mente muy abierta a la hora de dar a luz.[/quote]
Paula tiene claro el objetivo de aparecer en este reportaje «tranquilizar a todas las futuras mamis que puedan estar nerviosas ante esta situación».
«La clave es la aceptación de la situación actual, cuidarse durante el confinamiento e ir lo más tranquila posible y con la mente muy abierta a la hora de dar a luz. El trato del personal sanitario del Hospital San Pedro es excepcional. Hay grandes profesionales trabajando que hacen que con su cariño hacen que sea todo mucho más llevadero y más ante esta situación actual. Te hacen sentir muy especial».
Cinco días sin salir de la habitación
Cristina Martínez tuvo a su primera hija, Iris, el pasado 25 de abril. Un parto por cesárea en el que no pudo contar con la compañía de su pareja «aunque en este caso el COVID no tuvo nada que ver», explica.
Para Cristina, no poder recibir visitas ha sido positivo. «Se está muy bien, dice, aunque hemos echado mucho de menos a los abuelos«.
Cuenta que durante todo el tiempo han estado muy bien atendidas por todo el personal. «Fíjate que al acompañante le dan un pase por si quiere salir a comer fuera o a la cafetería, pero nosotros preferimos no correr riesgos y nos hemos pasado 5 días sin salir de la habitación… Con una nevera se ha apañado estupendamente», bromea.
La generación post Coronavirus
Aunque ni Marina, ni Patricia, ni Paula lo sepan, también han coincidido en otra cosa.
Las tres opinan que sus hijas no van a ser personas diferentes o especiales por haber nacido cuando lo han hecho, sino que todos nosotros vamos a ser diferentes y especiales tras esta experiencia.
«Es un nuevo ser humano que ha nacido en este momento para llenarnos de alegría y de ánimo. Más que la creación de una nueva generación diferente, considero que nosotros mismos, las personas que estamos viviendo todo esto, vamos a cambiar. Vamos a valorar las cosas que realmente importan, a vivir el presente y disfrutar del ahora», concluye Paula.
«Elia va a ser especial seguro, cómo ya lo es su hermana, ha sido nuestro rayo de luz en este momento de oscuridad. Quiero pensar que de esto aprenderemos a valorar lo que es importante de verdad y que la impronta que ha dejado esta situación se la haremos vivir a esta generación de luchadores y luchadoras», dice Patricia.
«Muchos nos han dicho que el nombre que elegimos hace meses para ella, Luz, parecía cosa del destino. Yo creo que, por muchos motivos, a la humanidad nos hacía falta vivir un parón como éste», finaliza Marina.
Agradecimientos a: Martina Pérez Oliván, coordinadora de Crianza de la UPL.
Imágenes: Marina Pascual, Patricia Esteban, Paula Sáenz-Laguna, Cristina Martínez y Beatriz León.
