Para escribir bien es imprescindible aprender a sujetar el lapicero. Obvio. Pero lo que no resulta tan fácil es hacerlo de forma correcta. Bien por falta de madurez, de fuerza en la mano o de malos hábitos, muchos niños no lo cogen de la forma adecuada, lo que se traducen en un mayor sobreesfuerzo al escribir, fatiga y lentitud.
A lo largo de los años, son muchos los sistemas que se han utilizado para enseñarnos, algunos tan rudimentarios y poco ergonómicos como colocar una pinza de la ropa, un trocito de algodón o una moneda. Pero, tras años de observación y experiencia en la docencia, tres mujeres riojanas, entre ellas una profesora de Educación Infantil y una profesional del diseño, han dado con el invento, que, por cierto, ya cuenta con su correspondiente patente.
Se llama Pinzalín, un adaptador para lapiceros, que según nos explica una de sus creadoras, profesora de Infantil, está basado en el «método funcional postural», para trabajar la postura de toda la mano y la
Actualmente, Pinzalín se puede comprar en las librerías Santos Ochoa. Su precio: 3,90 euros.
¿Cuál es el método correcto para agarrar el lapicero?
Tiene varios nombres, se conoce como «pinza digital» o «trípode dinámico«. Y es la postura correcta que deben adquirir los tres dedos: pulgar, índice y corazón, responsables de sujetar y mover el lapicero para escribir. Los dedos anular y meñique tienen una función estática, de soporte al trípode dinámico y de deslizamiento por la hoja de la escritura.
En el Pinzalín, el pulgar e índice se colocan a ambos lados de la ala superior y el dedo corazón apoya en el ala inferior. Con esto conseguimos crear el óvalo de la pinza dinámica y que el dedo medio se sitúe como apoyo de estos dos. Dotando de la movilidad necesaria a estos tres dedos para conseguir trazos más precisos y sin tensión muscular.
El dedo anular y meñique sujetan suavemente el cuerpo permitiendo el movimiento de la mano al mismo tiempo que son soporte de la pinza o trípode dinámico.