Si La Rioja fuera un mes, sin dudarlo sería septiembre. En el final del verano y comienzo del otoño esta tierra luce en todo su esplendor. Los verdes, naranjas y ocres se extienden kilómetros y kilómetros, recorriendo viñedos que se pueden disfrutar desde el cielo, a pie de campo o incluso navegando por sus ríos.
Pero en el paisaje riojano también conviven otros colores: como los amarillos de las flechas que guían a los peregrinos; los morados casi negros, de las uvas tintas; los grises y tierras de sus calados subterráneos; los pardos de sus peñas y montes; los intensos verdes de sus huertas de regadío…
Realizamos un recorrido por los colores de La Rioja que encontrarás este mes septiembre que se quedarán grabados en tu retina.
(Artículo elaborado en colaboración con La Rioja Turismo).
Los colores de La Rioja, desde las alturas
Para contemplar los colores propios de la estación, nada mejor que hacerlo desde las alturas. Puedes hacerlo desde un globo aerostático, un mirador natural, un castillo o alguno de los montes que salpican nuestra geografía.
¿Alguna vez has soñado con volar en globo? En La Rioja puedes sobrevolar viñedos y campos desde un globo aerostático (fuente imagen: globos Arco Iris). Una experiencia de altura que es apta para personas de todas las edades, incluso familias con niños.
Los miradores naturales repartidos por nuestro territorio también permiten obtener excepcionales vistas de los colores de La Rioja. Uno de ellos es la ermita de San Felices, en Haro, escenario de la famosa Batalla del Vino, que ofrece una panorámica que sobrecoge a quien observa; de hecho, la guía Repsol la nombró «mejor Rincón de España», en 2014.
Otra maravillosa vista se obtiene desde el Castillo de San Vicente de la Sonsierra, ubicado en lo alto del cerro que domina el Ebro. Su Torre Mayor cuenta con un mirador, no apto para quienes sufran vértigo, pero imprescindible para nuestras retinas. Igual que las vistas desde el castillo rocoso de Clavijo (en la imagen) donde, según la tradición, tuvo lugar la batalla en la que se apareció el apóstol Santiago montando sobre un caballo blanco.
Igual de impresionante resulta el mirador de Peñueco, en Viguera, desde el que observar el vuelo pardo de los buitres, águilas reales o halcones peregrinos habituales en sus cielos y riscos.
Lo mismo ocurre en el recién reabierto Mirador del Buitre, en Arnedillo, que es además Centro de Interpretación y Observación del buitre leonado; en sus peñas anidan decenas de colonias de estas aves.
Y en el extremo oriental de La Rioja, el Mirador del Viñedo, en Aldeanueva de Ebro, cuenta con una altura de más de siete metros desde la que se obtienen unas esplendidas vistas del entorno y su mar de viñas que cambia de tonalidad conforme avanza el calendario otoñal.
Los colores de La Rioja, desde el suelo
A pie, en bicicleta, coche, moto, piragua… Las empresas dedicadas al turismo activo y al enoturismo ofrecen muchas opciones para público familiar durante esta época del año.
La Rioja ofrece un entorno ideal para el cicloturismo, rutas en bicicleta por sus viñedos y pueblos, pudiéndolas elegir de todo tipo: bicis eléctricas, de carretera, mountain bike o trekking. O incluso en modernos segways que te permitirán pasear entre los renques* y observar de cerca los diferentes colores de las uvas, que van desde el amarillo más claro hasta el morado más intenso casi negro.
*renque: hileras de cepas. Diccionario de «riojanismos».
Otra manera saludable y tranquila de percibir los variables tonos de esta época es realizando senderismo. Déjate guiar por las empresas profesionales que ofrecen paseos senderistas entre bodegas o siéntete peregrina por un día realizando un tramo del Camino de Santiago y siguiendo el paisaje de flechas amarillas.
Si prefieres realizarlo por tu cuenta, en La Rioja disponemos de más de 650 kilómetros de itinerarios para senderismo que cambian de tonalidad en cada época. Siguiendo su itinerario, también podrás recorrer la fértil huerta riojana situada en los valles regados por el río Ebro, un paisaje multicolor según lo plantado: rojos, verdes, amarillos, naranjas, morados… De aquí nacen productos como estos tan propios de la gastronomía riojana.
A unos centímetros del suelo, podrás contemplar los colores riojanos cabalgando a lomos de un caballo. En armonía con la naturaleza, la rutas y paseos ecuestres que ofertan los centros hípicos, aptas para mayores y pequeños, ofrecen otra visión de La Rioja.
Por último, navegar por el río también te permitirá contemplar otros colores, brillos y tonos de La Rioja. Un paseo en kayak o piragua por el Ebro o un descenso en balsas de rafting por el Iregua, el Najerilla o el Cidacos, se convertirán en una aventura acuática, para disfrutar de la magia del agua y subir las pulsaciones de toda la familia.
Los colores de La Rioja, en el subsuelo
En una tierra dedicada al vino, no podemos dejar de visitar el subsuelo que alberga algunas de las barricas más prestigiosas del mundo. Descender a calados subterráneos, realizar una cata de mostos o recorrer los cementerios de bodegas centenarias resultará especialmente sugerente para nuestra vista, que, en este caso, deberá acostumbrarse a la ausencia de color.
El Barrio de las Bodegas de San Asensio es uno de los más emblemáticos y cuenta con un gran número excavadas en el subsuelo, calados que se entrecruzan entre ellos y que dan lugar a pasadizos entre bodegas, algunas datan del siglo XVI. También se puede mencionar el Barrio de Bodegas de Quel, con sus “calaos” excavados en la roca y superpuestos en diferentes niveles, garantizando el equilibrio térmico y gracias a la pendiente del talud, el depósito de la uva.
En el subsuelo riojano también disfrutaremos de otros recursos turísticos como son las cuevas. A las más conocidas, como pueden ser las Cuevas de Ortigosa o las Cuevas de los Cien Pilares, en Arnedo (en la imagen), se suman otras menos conocidas, pero también visitables, como las Cuevas del Ajedrezado, en Santa Eulalia Somera.
También es posible introducirse en la tierra, visitando las antiguas minas de Plomo de Jubera también llamadas “Túneles de los Moros”, de itinerario autoguiado o las cada vez más conocidas minas de pirita de Navajún que durante unas horas te harán vivir el trabajo de la minería, extrayendo tus propias piritas del yacimiento.
¿A qué esperas? Prepara la cámara de fotos y ven a inmortalizar los colores de esta Rioja a las puertas del otoño.
Contenido especial realizado para Turismo del Gobierno de La Rioja.
Fuente imágenes: propias y cedidas por La Rioja Turismo.