Si eres una persona aficionada al atletismo, lo habrás identificado rápidamente. 42.195: 42 kilómetros, 195 metros. Es la distancia de un maratón, la más larga de las carreras.
Y es que el autor de 42.195, José Antonio Olarte, fue atleta antes que artista. Por este mismo motivo, su ubicación solo podía estar cerca de las instalaciones deportivas de referencia.
Hoy, nuestros pasos se encaminan hasta el barrio de El Campillo. Aquí, entre Las Norias y Adarraga, rodeada de naturaleza y espacios verdes, encontramos a la 7º protagonista de «La calle es un museo».
Con las explicaciones de Marina Pascual, gestora cultural y una de las artífices del proyecto junto a Código Zeta, nos será mucho más sencillo entender porqué está aquí, quién lo hizo y cómo podemos jugar con ella:
¿Qué podemos hacer al llegar a la obra?
1. Acercaros a ella y exploradla. Tocar, golpear con cuidado para ver cómo suena y escuchar, mirarla muy de cerca, olerla… ¿De qué materiales está hecha? Depende de si es de día o de noche tendréis una percepción distinta y si estáis allí al atardecer la veréis cambiar cuando caiga el sol.
2. Vayamos a la forma. Alejaos un poco, ¿A qué os recuerda? Esta escultura es abstracta, eso quiere decir que no representa algo parecido a la realidad, no es figurativa. Pero eso no quiere decir que no hable de algo real, sólo que usa menos líneas y formas más sencillas para centrarse más en las sensaciones que las situaciones transmiten que en la imagen que estas generan. ¿Qué os parece esta escultura? ¿Qué puede representar? Seguro que los niños ven cosas maravillosas en ella, y nosotros también. Es lo bueno del arte abstracto: a cada uno nos dice una cosa que suele estar relacionada con nosotros mismos.
3. Ahora centrémonos en el título: 42.195: ¿Qué será esa cantidad? ¿Piscinas, niños, pájaros…?
4. Y si unimos a lo que os recuerda con las ideas sobre el título, ¿a qué llegamos? Nos encantaría escuchar todo lo que comentáis. Podéis dejar vuestros comentarios aquí abajo.
5. Ahora mirad el vídeo para que el propio Olarte os cuente de primera mano qué es lo que quiso transmitir con ella. Os damos una pista: corredores.
Casi seguro que ya lo habéis adivinado. Y si no seguro que su idea os gusta mucho y junto con las vuestras la escultura cobra otros sentidos. Para cada uno de vosotros será una cosa diferente, ¿no es maravilloso?