Hasta los 2 años, mirando para atrás

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Un estudio del RACE concluye que las sillas de seguridad para niños deben colocarse en sentido inverso a la marcha como mínimo hasta los dos años de edad.

Llevar a un niño en sentido inverso a la marcha reduce las lesiones en caso de impacto, y mejora la protección del niño. Según el trabajo realizado por el Real Automóvil Club de España y la empresa de sillas de automóvil para niños CYBEX, un niño que está colocado mirando hacia adelante soporta cuatro veces más de fuerza de impacto en el cuello que si lo está en el sentido inverso.

A lo largo de sus páginas, el informe ofrece pruebas y demostraciones fehacientes de que hasta los dos años de edad no se debe colocar al niño mirando hacia adelante. Uno de ellos es la desproporción entre el peso de la cabeza de un pequeño y la fuerza de su cuello; si lo comparamos con un adulto, sería como tener una cabeza de 20 kg.

Los niños menores de dos años que viajan en sentido inverso a la marcha reducen hasta en un 75% el riesgo de lesiones con respecto a los que viajan en sentido de la marcha. De hecho, viajar en sentido inverso a la marcha supone reducir hasta cinco veces las probabilidades de morir o resultar heridos en un accidente con respecto a viajar en el sentido de la marcha.

Podéis consultar todo el informe aquí.

Imagen: Race

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