Post Halloween: ¿qué pasa cuando se meten a la cama?

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En este artículo, Natalia Martín de la Huerga, psicóloga especializada en Clínica, acreditada como neuropsicóloga experta y terminando el doctorado en Medicina, nos habla sobre la fecha que se acerca: Halloween y cómo puede afectar emocionalmente a los niños. Una noche para la celebración pero, para algunos niños, puede terminar en pesadilla.

Halloween es una de las fiestas americanas mejor aceptadas y consolidadas en nuestra cultura europea. Es una noche donde el terror y lo sobrenatural es visto con humor y alegría. Por ello, cada año vemos a más pequeños y adultos disfrazarse y realizar fiestas en nombre de los muertos. Los disfraces, caramelos, la creatividad y la imaginación son el cocktail mágico y explosivo que nuestros peques desean tener estos días.

¿Cómo influye en ellos esta combinación? Depende de cada niño. Según como percibe nuestro pequeño los disfraces tenebrosos, los sustos y las sorpresas se sentirá más o menos cómodo. Hay que tener en cuenta que cada niño tiene una “mente” diferente e interpreta su entorno de un modo diferente.

El niño en grupo se hace más fuerte… En muchas ocasiones el niño se siente cómodo y seguro en grupo, pero cuando llega la noche o el momento de estar solo ocurre todo lo contrario, pudiéndose generar un trauma. El miedo puede derivar en una fobia, terrores nocturnos o trastornos del sueño que se alarguen durante años, incluyo la adolescencia y etapa adulta.

Por lo tanto, a pesar de que es una de las fechas favoritas por los niños, porque se disfrazan de distintos personajes y obtienen dulces gratis, la realidad es que también puede afectar su salud emocional por los sustos de los adultos y las decoraciones lúgubres.

¿Cómo prevenirlo o gestionarlo? Para prevenirlo, los padres debemos hablar con los niños de forma muy clara: exponiendo que es irreal, son disfraces y decoraciones para esa fiesta. Explicar qué es lo que harán, qué tipo de disfraces puede que vean, por qué la gente se disfraza… Siempre con palabras muy simples y de forma lúdica para facilitar su comprensión.

Y si ha sufrido terrores nocturnos o miedos por el Halloween del año pasado, ¿qué hago? Lo mejor, hablar con él, explicarle que es un disfraz. Enseñarle qué es real y qué no es real. Os podéis disfrazar delante de él para que pueda ver cómo sois vosotros. Si se niega a ir a la fiesta de Halloween que harán los niños de su clase, no le obliguéis, necesita asimilar el trauma que tiene. Y si no sois capaces de ayudarle, mi consejo es pedir ayuda a un especialista.

Natalia Martín de la Huerga

¿Tienes dudas? Natalia Martín escribirá nuevas colaboraciones para El Balcón de Mateo. Si tienes alguna sugerencia, puedes escribirnos a: info@elbalcondemateo.es

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