¿Reconoces algunos de estos indicadores en tu hijo o hija? Son los síntomas más fácilmente observables de que podría estar sufriendo acoso escolar.
- Presencia de lesiones físicas.
- Pérdida o rotura de pertenencias.
- Insomnio.
- Llanto inmotivado y frecuente.
- Cambios de humor muy acusados.
- Tristeza o síntomas de depresión.
- Pasar mucho tiempo sólo y no salir con amigos.
- El aumento de la pasividad o la retirada.
- Cambio repentino en la forma en que el niño habla – llamándose a sí mismo un perdedor o llamando idiota a un ex amigo.
- Descenso en su rendimiento escolar.
- Miedo a ir al centro, o poner excusas para faltar de forma recurrente.
Hay que ser cuidadoso y tener en cuenta que muchos de estos síntomas pueden darse de forma aislada en el periodo de la adolescencia, por lo que se debe observar con calma y método antes de sacar conclusiones precipitadas.
Sin embargo, la observación paterna es clave, porque, según los datos aportados en este guía: sólo 1 de cada 3 de los que lo sufren son capaces de denunciarlo (33%). Miedo a la venganza, vergüenza, no saber a dónde o a quién acudir son algunas de las causas por las que la víctima no denuncia.
[quote color=»#000000″ arrow=»yes» align=»right»] Puedes descargar esta guía aquí.[/quote]
La CEAPA, Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado, acaban de publicar la guía de descarga gratuita:«Acoso Escolar: guía para padres y madres«.
Consta de 44 páginas donde se trata qué es el acoso escolar y sus tipologías, qué podemos hacer los padres y madres para prevenirlo, los derechos y deberes que nos corresponden dentro de la comunidad educativa, enlaces de interés, libros y cuentos para familias y niños, o, incluso, películas que podemos ver con ellos.
Las AMPAs, fundamentales
También proporciona información para que desde el Consejo Escolar y las Asociaciones de padres y madres (AMPAs) puedan trabajar con la escuela para asegurar que ésta garantice la convivencia respetuosa a través del diseño y desarrollo de planes de convivencia.
Según apuntan desde CEAPA: «Es fundamental que las AMPAs incluyan dentro de sus objetivos prioritarios la supervisión y el impulso de planes de convivencia que garanticen que ningún niño o niña pueda sufrir acoso. No debería existir, en ningún caso, un centro escolar donde no esté aprobado y consolidado un plan de convivencia real llevado diariamente a la práctica. La integridad física y psicológica del alumnado no debería depender de la arbitrariedad del centro ante la puesta en marcha o no de un plan de convivencia».
«También es primordial y obligatorio que el centro imparta tutorías en las aulas donde se les explique a los alumnos y alumnas qué es un acoso escolar, cómo se deben plantar ante él, qué recursos de denuncias tienen, qué medidas de protección y, sobre todo, deben aprender conductas y comportamientos positivos y solidarios».