Hoy queremos destacar una actividad que el colegio San José HH. Maristas puso en marcha en el año 2010 y de la cual la comunidad educativa Marista nos sentimos orgullosos y que os damos a conocer desde este rinconcito, el Balcón de Mateo. Se trata del acompañamiento a nuestros adolescentes entre 16 y 18 años fundamentalmente, es decir, desde 4º ESO a Bachillerato. El acompañamiento es un proceso de comunicación y escucha entre un docente y un alumno donde se da ocasión a nuestros alumnos adolescentes para que puedan transformar las dificultades y la adversidad en una oportunidad de crecimiento y de autoconocimiento, se trata de desarrollar su potencial y ayudarles a alcanzar la mejor versión de sí mismos.
Pues bien, allá por el 2010, un número modesto de docentes comenzamos nuestra formación como acompañantes movidos por nuestra vocación, convencidos de que lo nuestro no era solo educar instruyendo académicamente, sino también contribuir al desarrollo emocional del adolescente. Desde aquella fecha, son ya más de 50 los docentes que han recibido formación en el acompañamiento con un curso intensivo de dos fines de semana para un nivel inicial, una semana intensiva para el nivel 2 y dos semanas para el nivel 3. ¿Qué pretendemos con ello? ¿Qué intentamos conseguir?
Objetivos del acompañamiento
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Que el adolescente se sienta aceptado y acompañado en su proceso de cambio y transformación.
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Que desarrolle habilidades que le permitan enfrentarse de una manera distinta a su día a día.
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Que se posicione en el presente, generándole confianza y permitiéndole dibujar un futuro que dé sentido y significado a su vida.
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Que despertemos en él sus potencialidades y talentos al mismo tiempo que se le ayuda a ver, positivamente, sus limitaciones.
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Que construya una autoestima y personalidad sanas.
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Que se desarrolle como persona y fortalezca su identidad personal.
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Que reconozca y gestione sus emociones y las de los demás.
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Que mejore la resolución de conflictos
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Queremos ayudarles a detectar miedos y bloqueos y que aprenda a controlarlos, ayudarles en el logro de sus objetivos, orientarles vocacional y profesionalmente, motivarles en sus estudios.
Para ello, en la convivencia de inicio de curso se les presenta y ofrece esta actividad y se les da un cuestionario a cumplimentar con un listado de los docentes acompañantes de manera que el alumno interesado pueda elegir al acompañante con el que el adolescente siente más cercanía o con quien cree que se sentirá más cómodo. Una vez el trabajo del equipo de Pastoral Vocacional del centro está concluido y los alumnos y acompañantes, adjudicados, las sesiones se llevan a cabo de manera individual dentro del horario lectivo y en un espacio dispuesto para este propósito. Son dos salas en las que se garantiza la intimidad y la escucha y, al mismo tiempo, se cuida en ellas la protección del menor ya que disponen de una puerta con ventana. La sesión es individual y tiene una duración aproximada de 50 minutos y una periodicidad quincenal o mensual, dependiendo de la necesidad del acompañado.
Las sesiones siempre han sido presenciales, pero ante la nueva crisis sanitaria que vivimos, durante el curso pasado y, desde el confinamiento domiciliario que sufrimos, las sesiones siguieron de forma online. Afortunadamente, ya en el presente curso, hemos recuperado la presencialidad, el contacto personal, visual, gestual que tanto nos aporta.
Por último, queremos destacar que es precisamente en el Bachillerato, cuando el adolescente, casi joven, necesita de esa cercanía, de esa tutela para que el puente a su vida universitaria, a su vocación, esté bien asentado, para que, llegado el momento de comenzar su nueva etapa
