Cómo el dinero puede acabar con tu relación de pareja

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[vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]Por: Patricia Álvarez, psicóloga y Mediadora Familiar.
Despacho Álvarez & Colás 

Uno de los temas de discusión más importantes dentro de la pareja son las cuestiones económicas. La típica frase “contigo pan y cebolla” encaja más al principio de una relación que cuando ya está consolidada. Amor y dinero son dos cosas diferentes, pero cuando el dinero falla, el amor se resiente, Y es que el dinero puede aumentar las posibilidades de separación en las parejas.

Al inicio de la relación generalmente se evita hablar sobre el dinero. Se comienza a funcionar dando por hecho cosas, incluso se comete el error de compartir cuentas aún sin conocerse bien y, hasta que no surgen los problemas, no se habla del tema.

En algún momento surgirán diferencias respecto a la economía doméstica: cuánto hay que reservar para vivienda, manutención o hijos, cuánto podemos gastar en ocio y aficiones, cuánto ahorrar para imprevistos… Puede ser una fuente de conflicto constante si en la pareja no se ha tratado previamente su actitud hacia el dinero.

¿Hacemos separación de bienes?

Para que no hay sorpresas durante el matrimonio o si surgiera una separación, cuando se va a dar el paso de contraer matrimonio es conveniente acordar qué régimen económico matrimonial se va a elegir: gananciales, separación de bienes o participación.

[quote color=»#000000″ arrow=»yes» align=»right»] Si no existe una mentalidad compartida respecto a las finanzas domésticas, mantener las economías separadas evitará muchas discusiones.[/quote]

Hace años, la forma de gananciales era la más frecuente entre las parejas ya que el marido aportaba el sueldo y la mujer se dedicaba a las tareas del hogar y la manutención de los hijos. Pero en la actualidad,  ambos miembros de la pareja trabajan y cada vez son más las parejas que optan por el régimen de separación de bienes.

Si se opta por compartir ingresos, es preferible que ambos tengan un salario similar, ya que cuando uno gana mucho más que el otro, la generosidad de repartir el sueldo puede implicar el creerse con derecho a controlar y decidir en qué se gasta y en qué no.

Además debe existir entre la pareja una mentalidad parecida respecto a la economía familiar, sin que haya grandes diferencias entre ambos en cuanto al ahorro o al gasto, ya que si uno piensa que su pareja es un derrochador o que escatima con los gastos, comenzará a hacer trampas a espaldas de ella: uno ocultará al otro cuánto gana o se guardará una parte para evitar que el otro gaste de más, y el otro esconderá el dinero que vaya arañando día a día para disponer de él a su antojo y esquivar el exceso de control del primero.

[quote color=»#000000″ arrow=»yes» align=»right»] Si se opta por compartir ingresos, es preferible que ambos tengan un salario similar.[/quote]

En estos casos, si no existe una mentalidad compartida respecto a las finanzas domésticas o existen problemas a la hora de planificar gastos o de decidir cuánto se debe gastar en las aficiones de cada uno, mantener las economías separadas facilita mucho las cosas y evita muchas discusiones en la pareja.

Otra situación conflictiva puede darse en aquellas familias que tienen hijos de anteriores matrimonios. Deben negociarse claramente los aspectos económicos y aclarar cuánto va a aportar cada uno al fondo común según su situación personal, para que la pareja no piense que está manteniendo a los hijos de otro.

En definitiva, cuanto más explícita y clara esté la relación económica desde el principio, mejor, porque si las cosas van bien en la pareja no va a haber problemas, pero si van mal se evitan muchas discusiones que terminan en recriminaciones sobre las deudas, reproches sobre el exceso de gastos y culpas sobre el mal manejo del dinero.

¿Cómo reducir las discusiones por el dinero?

Para evitar conflictos, las relaciones económicas en la pareja tienen que quedar muy claras, deben estar respaldadas legalmente según nuestro régimen económico en caso de matrimonio y ser equilibradas para que ninguno sienta que el otro está abusando o aprovechándose de él.

  • Una forma de organizarse es distinguir los gastos que son comunes de los que son responsabilidad de cada uno, estableciendo un sistema planificado que asegure que se pueda atender los pagos de la vivienda, recibos y alimentación. Estos gastos comunes deben tener prioridad respecto a los gastos personales.
  • Debemos negociar con nuestra pareja en qué gastar el dinero ya que no hay gastos mejores que otros, sino que dependerá de nuestras preferencias y prioridades.
  • Ambos miembros deben participar de la economía familiar, no conviene que «las cuentas» sean responsabilidad de uno solo ni que el otro delegue por completo esa tarea. Aunque uno sea quien se ocupe de las cuentas y los gastos porque se le dé mejor, el otro debe conocer y decidir sobre este tema.
  • Es aconsejable en la medida de lo posible tener ahorros para hacer frente a posibles imprevistos como puede ser un gasto grande o un despido.
  • Llegar a un acuerdo donde se iguale o se equilibre lo que cada uno gasta en sus cosas y su ocio, sin poner en riesgo el presupuesto familiar.
  • Además, hay que dejar a un lado la rigidez y la intransingencia con respecto al otro: ni se puede estar midiendo al céntimo lo que cada uno aporta, ni controlando con lupa lo que cada uno gasta.

Yolanda y Lorenzo

Llevan juntos 7 años. Ambos decidieron que para asumir los gastos comunes aportarían a un fondo de manera proporcional a sus ingresos. Aunque Yolanda siempre ha sido más ahorradora que Lorenzo, nunca han tenido problemas ya que cada uno paga su ropa, ocio y caprichos con su propio dinero. Ahora, Lorenzo lleva una temporada con mucho trabajo y Yolanda cambió de puesto en su empresa hace unos meses por lo que llega más tarde a casa y mucho más cansada. Esto ha hecho que las tareas domésticas se vean relegadas por ambos al fin de semana, que es cuando se ponen al día en limpieza de la casa, lavadoras, comidas… repercutiendo en el tiempo de ocio y descanso de la pareja. Yolanda le ha propuesto a Lorenzo contratar a una empleada de hogar para que les ayude con la casa, pero él le ha dicho que no le llega el dinero para eso, sin embargo, a Yolanda le molesta que él sí tenga dinero para otras cosas personales que ella considera caprichos y que para ella suponen malgastar el dinero. Para colmo, han tenido una avería en el coche y ella le ha tenido que adelantar su parte porque Lorenzo no tenía ahorrado para pagarlo.

Resumiendo… 

No existe una única manera de llevar la economía familiar con la pareja. Lo importante es que ambos estén satisfechos respecto a la forma en la que se gestiona el dinero.  Si no, la negociación es la única forma de que un tema tan tabú como es el dinero no se interponga en la relación de pareja hasta el punto a veces, de terminar destruyéndola. Llegar a un acuerdo supondrá no sólo una disminución de las discusiones de pareja sino también que aumente la confianza entre ambos.

Patricia Álvarez
Psicóloga Despacho Álvarez & Colás 

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Psicóloga Despacho Álvarez & Colás 

Patricia Álvarez García, es psicóloga,  mediadora y cotitular del despacho de ÁLVAREZ & COLÁS (Hermanos Moroy -Pasaje de los leones-, 8. 3º E), un despacho especializado en materia de pareja y familia, que presta asistencia psicológica y/o legal en problemas de pareja, conflictos personales o familiares, y procesos de ruptura, separación y divorcio, siendo un referente en La Rioja en el ejercicio conjunto de la Psicología y la Abogacía para aquellos casos que requieran de un abordaje interdisciplinar.

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