Viernes 13 de marzo. Tercer día de encierro. Ha llegado el día del «bajón» y no he encontrado foto mejor que la de arriba para ilustrar este momento (lo bien o mal que salga me la trae al pairo ahora mismo…). «Es normal -me dice mi amiga Sonia- nadie en este mundo estamos preparados para vivir esta situación: pon la música alta, abre la ventana y llora si te apetece». Le hago caso. Funciona. Pero aún funciona mejor cuando verbalizas y compartes tus miedos.
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Así que después de tocar fondo, hay que coger impulso para seguir para adelante. Por contradictorio que parezca, el anuncio del inminente Estado de Alarma me tranquiliza porque aún son muchas las personas que parece que no se han enterado de qué va esto. El #yomequedoencasa aún no ha calado lo suficiente.
En las urbanizaciones todavía se siguen viendo grupos de niños jugando juntos; todavía se siguen viendo visitas de abuelos; demasiada gente abarrotando innecesaria y peligrosamente los supermercados.
Sin medias tintas, quedaros todos en vuestra puñetera casa. ¿Aún hay alguien que no se haya enterado de qué coño va esto?
Solidaridad a raudales, lo mejor de estos días
Me quedo con la parte positiva de todo esto: las decenas de muestras de solidaridad que llegan de personas anónimas, vecinos que se prestan a hacerse la compra entre ellos; pequeñas y grandes empresas que ofrecen sus servicios gratuitos, profesionales de la medicina ya jubilados que se ofrecen para trabajar.
También son muchos los recursos que siguen llegando para «entretener» (no me gusta esta palabra, pero ahora no se me ocurre sinónimo mejor) a los niños. Por nuestra parte, y con la ayuda de los mejores narradores orales de España, hemos puesto en marcha la hora del cuento en casa, vídeos que se irán subiendo a nuestro canal de Youtube donde podréis escuchar cuentos chulísimos. Dadnos tiempo, estamos tan superados por todo esto como vosotros. Pero ya hemos colgado el primer vídeo, con el grandísimo Carles García Domingo.
Con él me despido.