El palo de lluvia es un instrumento originario de América del sur empleado por los indígenas para imitar el sonido de la lluvia en sus rituales. Ahora se utiliza en muchos géneros musicales para crear efectos sonoros, ya que su sonido es muy relajante y a los niños les va a encantar escucharlo y también construirlo.
Necesitamos:
Dos o tres tubos de cartón de papel de cocina
Cinta de embalar
Alambre
Alicates
Arroz, lentejas, alpiste…
Un trozo de cartón (de cualquier caja de galletas o similar)
Tijeras
Pegamento
El primer paso es unir los tubos de cartón con la cinta de embalar de tal forma que las uniones queden bien firmes. Si tenéis la oportunidad de conseguir otro tubo más largo y de mayor grosor, mejor todavía porque el sonido es más duradero. El tubo donde van las telas enrolladas viene muy bien para esto.
Dibujamos en el cartón dos circunferencias del mismo diámetro que el tubo y las recortamos. Cogemos la primera circunferencia y lo pegamos a uno de los extremos del tubo. Cogemos el alambre y hacemos ovillos que meteremos dentro del tubo. Da igual el tamaño con tal de que puedan entrar en el tubo sin forzarlo demasiado; la finalidad de introducir los ovillos de alambre es que el sonido se prolongue más tiempo y adquiera matices diferentes.
Llega el momento de meter las lentejas, arroz o lo que nos interese. Si tenéis un pájaro en casa genial, porque el alpiste genera un sonido muy apropiado para este instrumento. Podéis tapar el otro extremo del tubo con la mano para comprobar el sonido y así agregar más o menos cantidad. Cuando esté a nuestro gusto lo tapamos con la otra circunferencia de cartón.
Ya sólo queda decorarlo a vuestro gusto con pinturas, washitape, o lo que el sonido de la lluvia os inspire.
Foto: http://todolohago.com