La concejala de Educación y Juventud, Beatriz Nalda, y el concejal de Participación Ciudadana, Kilian Cruz, han visitado junto con la presidenta del barrio de Valdegastea, Vicky Pinillos, el centro infanto-juvenil La Atalaya que estará listo en septiembre, de cara al curso 2021-2022, y ofrecerá 120 plazas, 60 de infantil y 60 de juvenil.
Las obras comenzaron en marzo del año pasado y tienen un presupuesto de adjudicación de 973.312 euros.
El nuevo edificio se sitúa en una parcela triangular de más de 3.200 m2, en la confluencia de la avenida de Francia con la calle Grecia, coronando un pequeño cerro. El edificio ocupa unos 1.800 metros cuadrados de superficie, una dimensión grande para este tipo de dotación, que respeta el estado actual del terreno, su arbolado y césped.
Es un espacio modular y polivalente, teniendo en cuenta las solicitudes de los vecinos y vecinas, y las necesidades del público al que va dirigido, que comprende una población entre los 3 y los 17 años. El ala oeste se destina a ludoteca y el ala este a Centro Joven. La parte central es compartida.
Un edificio “pedagógico”: como un juego de construcción con cubos de colores
La idea constructiva parte de una máxima del prestigioso arquitecto Lous Kahn: “En tiempos góticos, los arquitectos construían con piedras macizas. Hoy podemos construir con piedras huecas”. Aplicando esta idea, se construye este edificio, destinado al ocio de niños y jóvenes, con bloques de madera, análogos a los que componen las arquitecturas de juguete de formas simples y colores básicos. Sin embargo, para darles habitabilidad y actualidad, los bloques de madera serán huecos.
El Centro de Valdegastea se compone como una yuxtaposición de casitas con cubierta a dos aguas y se repite con idéntica dimensión en su frente y el mismo tipo de hueco en el alzado norte, el de la calle Grecia, una construcción que recuerda a las arquitecturas infantiles de juguete.
En el centro, el módulo que articula el edificio, de color gris, alberga la recepción y el vestíbulo. A él se llega desde el exterior por una rampa suave, cubierta por un porche de techo plano. Alternativamente, el acceso puede hacerse mediante una escalera cómoda. Y por la cara posterior tiene salida a los patios de juegos en exteriores, también con una rampa. El módulo central cuenta con una zona de espera y una zona de información.
Las salas grandes de ambas alas pueden dividirse en cinco menores en función del aforo o los usos que se planteen en cada momento, mediante la utilización de puertas correderas. Al fondo de cada corredor se sitúa una sala complementaria para usos específicos. En la correspondiente a la ludoteca, un mirador lleva las miradas a lo lejos, hacia el horizonte, despejado de edificaciones.
Las salas para niños tienen acceso inmediato a sus aseos y almacenes, mientras que las de jóvenes se plantean con servicios y almacén agrupados. Además, cada pasillo cuenta con zonas de almacenamiento en la franja bajo las ventanas, frente a las aulas.
Al norte del edificio se ha previsto un rectángulo de carácter multifuncional y predeportivo. El uso de diferentes colores en el pavimento sirve como ayuda para los juegos. Interiormente, los huecos se revisten de madera para mostrar un acabado visual y táctilmente agradable.
Al diseñar la fachada y el suelo se han tenido en cuenta la zona climática, el grado de impermeabilidad, la resistencia al fuego, la seguridad y el aislamiento acústico. Los materiales para suelos y alicatados se han escogido siguiendo criterios de confort y durabilidad. En el patio que rodea al edificio se resolverá con solera de hormigón armado con tratamiento de cuarzo gris, alisado y pulimentado. En las rampas y la escalera de acceso al edificio se ha dejado el hormigón visto, con tratamiento antideslizante. El pavimento del cortavientos consiste en un felpudo de coco antideslizante sobre gres. El interior se ha pavimentado con vinílico en tres colores: gris en el vestíbulo, amarillo en la zona infantil y verde en la juvenil.
Los paramentos verticales de aseos, pasillos, aseos-cambiadores, vestuario y zona de aulas que contiene el punto de agua y la encimera están alicatados con azulejo de color. El interior de los huecos de ventanas se ha recercado con tablero de abeto, al igual que el mostrador de la ventana de las oficinas al vestíbulo. Los materiales y los sistemas elegidos garantizan unas condiciones de higiene, salud y protección del medio ambiente, de tal forma que se alcanzan condiciones aceptables de salubridad y estanquidad en el ambiente interior del edificio, de modo que no deteriore su entorno y se garantice una adecuada gestión de residuos.
Eficiencia energética
Todas las instalaciones térmicas del edificio se han ejecutado siguiendo las exigencias técnicas de bienestar y eficiencia energética, de tal forma que se obtiene calidad térmica del ambiente y se reduce el consumo de energía convencional de las instalaciones térmicas y, como consecuencia, las emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes atmosféricos.
La climatización del edificio se realiza mediante un sistema de suelo radiante-refrigerante. Se dispone de una instalación de renovación de aire con ahorro en la ventilación, distribuyendo la ventilación en las distintas estancias mediante conductos, rejillas de difusión y de extracción.