Cuando vi estas foto me entraron unas ganas terribles de consolar a los pequeños que aparecen. Supongo que a cualquier padre, madre o persona con un mínimo de sensibilidad, también. Pero, cuando me enteré de cómo se consiguió fotografiarles, aluciné. La técnica consistió en dar a los pequeños un caramelo para luego arrebatárselo y sacarles la foto cuando suplicaban por él.
Este tema me cabrea mucho, ¿En qué piensan los padres que permiten que sus hijos pasen un mal rato de forma tan gratuita y sinsentido? ¿Acaso creen que el llanto de los niños tiene menos valor que el de un adulto? ¿que el suyo propio? Esto mismo se podría aplicar a técnicas para “enseñar” a dormir a los niños dejándoles que lloren y lloren desconsolados. Aunque, por lo menos, esto último tiene una supuesta, aunque insuficiente, justificación (que aprendan a dormir). Pero lo de estas fotografías no tiene nombre.
Por cierto, esta y otras instantáneas, afortunadamente de otra índole, aunque también relacionadas con la infancia, podéis verlas por las calles de Getxo, en Getxophoto, hasta el próximo 30 de septiembre.
Imagen: Getxophoto